El preso político kurdo Ramin Hossein Panahi fue sacado de una celda solitaria y puesto en una sala común cerca de otros reclusos. La sentencia de muerte de Panahi dictada por la justicia iraní no ha sido anulada, sino que se detuvo temporalmente.
El hermano de Panahi, Emced Hossein Panahi, emitió una declaración en la que explica que “fue trasladado hoy (por ayer) a una celda de aislamiento. De acuerdo con la decisión del tribunal, mi hermano será ejecutado el jueves”.
La ejecución programada de Ramin Hossein Panahi, un hombre de 22 años de la minoría kurda iraní que fue sentenciado a muerte en enero por “tomar las armas contra el Estado” después de un juicio extremadamente injusto y en medio de graves acusaciones de tortura, ha sido detenida temporalmente.
Panahi, originario de Sine, fue capturado con heridas el 23 de junio de 2017. Fue torturado durante días y luego condenado bajo la acusación de pertenecer al grupo armado kurdo de oposición Komala. En su juicio no se presentaron pruebas que lo vinculen a actividades que impliquen asesinatos intencionales, el umbral requerido en virtud del derecho internacional para imponer la pena de muerte.
Además del relator especial de las Naciones Unidas sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias y Amnistía Internacional, muchas organizaciones y ONG emitieron declaraciones pidiendo al régimen iraní que detenga la ejecución de inmediato.
Philip Luther, Director de Investigación y Defensa de Amnistía Internacional para Medio Oriente y África del Norte, dijo que la suspensión temporal de la pena de muerte contra el joven kurdo “esperemos que sea más que un alivio temporal”.
“Las autoridades iraníes deben detener inmediatamente la ejecución del Señor Panahi y anular la pena de muerte contra él”, señaló por su parte Agnes Callamard, Relatora Especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias.
El mes pasado, expertos en derechos humanos de la ONU instaron a las autoridades iraníes a anular la sentencia de muerte, al señalar que Panahi no había recibido un juicio justo y que había sido maltratado y torturado durante su detención.
“Lamento profundamente que las autoridades hayan hecho caso omiso de los llamamientos anteriores para anular la sentencia de muerte de Panahi y permitirle un juicio justo”, indicó Callamard.
La Relatora Especial observó que lo único que distingue a la pena capital de la ejecución arbitraria es el pleno respeto de las estrictas garantías del debido proceso que no parecen haberse cumplido en este caso.
A este respecto, recordó los informes que los expertos de la ONU habían recibido describiendo la detención najo un régimen de incomunicación, tortura y malos tratos y la denegación de acceso a un abogado y a la atención médica adecuada.
Después de que se anunció que Panahi sería ejecutado, su sobrino Nîştiman Hossein Panahi se ahorcó.
FUENTE: ANF / Traducción y edición: Kurdistán América Latina