Las estadísticas muestran que la “zona segura” de Turquía es una amenaza existencial para las minorías religiosas

La “zona segura” propuesta por Turquía para el noreste de Siria es una amenaza existencial para las comunidades yezidíes y siríacas que quedan en la región, ya que dos de los tres núcleos de población yezidí y cinco de los seis núcleos de población siríaca que quedan en la zona, se encuentran en territorio que Turquía amenaza con ocupar.

El historial de Turquía en Afrin y Ras al-Ain (Serêkaniyê) demuestra que las minorías religiosas como los yezidíes y los siriacos no pueden vivir con seguridad en las regiones bajo su control. Hasta que todas las entidades y personas turcas y respaldadas por Turquía implicadas en abusos contra minorías étnicas y religiosas se retiren de Siria, y Turquía abandone sus ambiciones territoriales en el país, las comunidades que permanezcan en la supuesta “zona segura” seguirán enfrentándose a la posibilidad de guerra, desplazamiento y graves violaciones de derechos humanos, lo que constituye, en sí mismo, una forma grave de daño psicológico.

La “zona segura” de Turquía sigue siendo una amenaza

En septiembre de 2019, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró que su país trataría de establecer una zona segura de 30 kilómetros de profundidad en territorio sirio para expulsar de la zona a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) y a la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES), y reasentar allí a más de un millón de refugiados sirios. Turquía invadió Ras al-Ain y Tal Abyad poco después, pero se vio obligada a detener sus operaciones ofensivas por la presión de Estados Unidos y Rusia.

La diplomacia internacional ha impedido, hasta la fecha, una tercera ofensiva terrestre turca. Sin embargo, Turquía sigue violando los acuerdos de alto el fuego de octubre de 2019, y Erdogan nunca se ha retractado del plan de la “zona segura”. Por el contrario, los líderes turcos han reiterado que mantendrán las tropas en Siria y han prometido deportaciones a gran escala de refugiados sirios. Son habituales los ataques con artillería, aviones y drones contra civiles, infraestructuras civiles y personal de las AANES y las FDS en ciudades y pueblos cercanos a la frontera turca. Así, la perspectiva de una intervención terrestre contra esta región sigue siendo una amenaza real.

Minorías religiosas bajo ocupación turca

Dos intervenciones turcas anteriores en regiones del norte de Siria con importantes minorías étnicas y religiosas supusieron la expulsión casi total de siriacos y yezidíes de las zonas afectadas. Las comunidades de minorías religiosas eran ya una fracción de lo que eran antes de la guerra, un testimonio aleccionador del impacto de doce años de guerra sobre pueblos que han llamado hogar a la actual Siria durante milenios.

El Dr. Thomas Schmidinger, experto en el noreste de Siria que ha publicado dos libros basados en un extenso trabajo de campo en la región, calcula que en la actualidad sólo quedan 2.000 yezidíes en el país. Los datos del Centro Siríaco de Investigación Estratégica, con sede en Qamishli, indican que todas las regiones que albergan a siríacos y otras comunidades cristianas han perdido a la mayoría de sus habitantes cristianos desde que comenzó la guerra siria.

Sin embargo, las intervenciones militares de Turquía aceleraron este proceso de desplazamiento y provocaron una violencia explícita de motivación religiosa que no se había visto en el noreste de Siria desde la derrota de ISIS.

En 2018, la Operación Rama de Olivo, de Turquía, dio lugar al control turco y del Ejército Nacional Sirio (ENS) de Afrin, que en su día albergó a la mayor comunidad yezidí de Siria. Los 23 pueblos yezidíes de la región están actualmente controlados por Turquía y el ENS. Se calcula que el 90% de la población yezidí de la región antes de la invasión ha huido. Varios lugares religiosos y culturales yezidíes han sido desfigurados o destruidos. Grupos del ENS han secuestrado a yezidíes para luego pedir rescate, los han torturado y presionado para que renuncien a su religión. Las facciones del ENS han incorporado a sus filas a miembros de ISIS, incluidos perpetradores de genocidios contra yezidíes y cristianos; se sabe o se sospecha que algunos yezidíes desaparecidos están presentes en Afrin con sus captores.

En 2019, la Operación Primavera de Paz, también de Turquía, dio lugar al control turco y del ENS de Ras al-Ain y Tal Abyad. Un total de 16 pueblos yezidíes al sur de Ras al-Ain fueron impactados; según Schmidinger sus residentes huyeron. Al menos 20 pueblos siríacos quedaron bajo control turco. En la propia ciudad de Ras al-Ain vivían yezidíes y siriacos, así como kurdos, árabes, armenios, asirios y otros. Este mes, Syriac Press informó de que sólo quedan siete cristianos en Ras al-Ain en la actualidad, y que todos los yezidíes han huido, citando datos de la Asociación Ta’awur para las Víctimas y del Comité para los Desplazados de Ras al-Ain.

Las minorías religiosas que vivían cerca de las zonas ocupadas también se vieron afectadas por la Operación Primavera de Paz: por ejemplo, 99 familias fueron desplazadas de los pueblos de los alrededores de Al-Qahtaniyah / TirbeSpî / Qabre Hewore que, según el Centro Sirio de Investigación Estratégica, contaban con una importante población cristiana. Decenas más fueron desplazadas de aldeas cristianas de los alrededores de Derik. Los pueblos asirios de Tal Tamr se encuentran ahora en la línea del frente entre Turquía y el ENS y la Administración Autónoma; grupos sirios, asirios y armenios se han unido a sus homólogos kurdos y árabes en la defensa de la zona.

Casi todos los yezidíes y siriacos en peligro

Seis regiones del noreste de Siria, actualmente bajo control de las FDS y la AANES, que se encuentran dentro de la posible “zona segura” de Turquía, albergan importantes comunidades siriacas y/o yezidíes.

Los datos sobre los núcleos de población de sirios y otras comunidades cristianas fueron facilitados al Instituto Kurdo por la Paz por el Centro Sirio de Investigación Estratégica. Los datos sobre los centros de población yezidíes fueron facilitados por el Dr. Thomas Schmidinger.

-Al-Malikiyah / Derik / Dayrik (a unos 17 kilómetros de la frontera turca): La ciudad de Al-Malikiyah / Derik / Dayrik y otras 15 ciudades y pueblos -Qazarjab, KaniMetrbe, Barabaita, Sarmesrakh, Garzark, Qasrok, Khanik, Gere Kara, Hnewyie, Tarbakayie, Hakamyie, Ain Diwar, PerrekeSwedike y Hayaka- albergan importantes poblaciones siriacas. Después de octubre de 2019, unas 600 familias ortodoxas siriacas y 75 familias caldeas permanecían en esta zona.

-Al-Qahtaniyah / TirbeSpî / Qabre Hewore (aproximadamente 6 kilómetros al sur de la frontera turca): La ciudad de Al-Qahtaniyah/TirbeSpî/QabreHewore y otras nueve ciudades y pueblos -Khwetla, Tal Sheir, Malla Abbas, Mharkan, KhwetlaAmro, Zorava, Gersheran, Rutan, Tal Jehan, Shalhumiye- tienen poblaciones siriacas significativas. Después de octubre de 2019, había unas 130 familias siriacas en esta zona. Hay ocho pueblos yezidíes al norte de Al-Qahtaniyah/TirbeSpî/QabreHewore, directamente adyacentes a la frontera turca. En 2020 había allí unas 39 familias yezidíes, predominantemente en tres de los ocho pueblos: TilXatûn, Alareş y Otilca.

-Rmelan / Rimêlan (a unos 16 kilómetros al sur de la frontera turca): Nueve ciudades y pueblos –Baiaze Zagire, Baiaze Kabire, Gharduka, Qasrok, Tal A’lo, Gelaa’a, Sleman Sari, Al-Tash y Tal Kojar- tienen poblaciones sirias significativas. Después de octubre de 2019, solo quedaban tres familias sirias en Qasrok. Los residentes de estas aldeas se han trasladado en gran medida a Qamishli / Qamişlo / Zalin y regresan a sus aldeas la agricultura y las vacaciones.

-Qamishli / Qamişlo / Zalin (directamente adyacente a la frontera turca): La ciudad de Qamishli / Qamişlo / Zalin y otras siete ciudades y pueblos -Himo, Tal Sheir, Tal Fares, DemkhiaGbyire, DemkhiaZgire, Wetwetyie y Tartab- tienen importantes poblaciones siríacas y otras poblaciones cristianas. Después de octubre de 2019, había 3.500 familias ortodoxas siríacas, 250 familias caldeas, 90 familias católicas siríacas y 25 familias asirias en esta región.

-Amuda / Amûdê (directamente adyacente a la frontera turca): En los alrededores de la ciudad de Amuda / Amûdê hay seis familias siríacas-ortodoxas que regresan a los pueblos de los alrededores para la agricultura y las vacaciones. También hay 12 pueblos yezidíes alrededor de Amuda / Amûdê, de los cuales ocho siguen habitados por yezidíes en la actualidad.

-Ad-Darbasiyah / Dirbêsiyê (directamente adyacente a la frontera turca): Después de octubre de 2019, había unas 30 familias ortodoxas siríacas en los alrededores de Ad-Darbasiyah / Dirbêsiyê. Las personas regresan a las aldeas de la zona para la agricultura y las oraciones y festivales religiosos.

Además de sus comunidades yezidíes y siríacas, y de sus hogares y propiedades, estas ciudades, pueblos y aldeas también tienen muchas iglesias, santuarios, cementerios y otros lugares religiosos y culturales. Turquía y los grupos apoyados por Turquía tienen un historial de destrucción y profanación de bienes culturales pertenecientes a minorías étnicas y religiosas en las zonas ocupadas. Es poco probable que este patrimonio cultural sobreviva a una invasión.

Recomendaciones

En línea con las recomendaciones de la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional, la comunidad internacional debe “presionar a Turquía para que se retire de todo el territorio que ocupa como resultado de las operaciones transfronterizas en el norte y este de Siria” y “exigir a Turquía que ordene a las facciones armadas bajo su control o influencia que cesen todas las actividades que tengan un impacto negativo sobre las minorías religiosas y étnicas en Siria”.

A largo plazo, los gobiernos deberían impulsar una solución política negociada a los conflictos armados transnacionales de Turquía con los grupos kurdos. Como escribe la Dra. Amy Austin Holmes, “el conflicto sirio y la creación de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) han transformado fundamentalmente el conflicto turco-PKK, que antes se limitaba al ejército turco y a los militantes kurdos en el sureste de Turquía y en las montañas Qandil de Irak, y ahora afecta a civiles de todos los grupos étnicos y religiosos en una amplia región del norte de Siria”.

Para garantizar a las minorías étnicas y religiosas un futuro en el noreste de Siria, la intervención militar turca debe quedar definitivamente descartada. El bipartidista Syria Study Group ha reconocido que las conversaciones de paz turco-kurdas “tienen la mejor posibilidad de conducir a una distensión entre Turquía y las Fuerzas de Autodefensa”.

Una solución política al conflicto kurdo de Turquía también podría dar al modelo político de la AANES -que, aunque imperfecto, ya ha dado lugar a las mejores condiciones de libertad religiosa en Siria- un espacio muy necesario para reformarse, mejorar y crecer. Sus estructuras y la filosofía política que las sustenta podrían servir de modelo para el pluralismo religioso y étnico en otras partes de la región que se enfrentan a retos similares, incluida la propia Turquía.

FUENTE: Meghan Bodette / Kurdish Peace Institute / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

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