La muerte de Jina Mahsa Amini, una joven kurda de 22 años, tras ser detenida y golpeada por la “policía moral” iraní, ha desencadenado una tormenta de protestas.
La mujer fue arrestada la semana pasada por mostrar, supuestamente, “demasiado pelo” debajo de hiyab.
En el cuarto día después de la muerte de Amini, las protestas siguieron creciendo en varias ciudades.
El grupo kurdo de derechos humanos Hengaw, con sede en Noruega, informó que se habían confirmado tres muertes en las concentraciones de la provincia de Kurdistán. Sin embargo, hasta ahora diferentes fuentes indicaron que en total cinco personas murieron por la represión policial, todas ellas en Rohjilat (Kurdistán iraní).
En los días de protestas y movilizaciones, en Rohjilat al menos 221 personas resultaron heridas y otras 250 fueron detenidas.
Mientras tanto, en las calles de Teherán resonaron consignas como “Muerte a la dictadura”, “No a los hajíes, no a los mulás, muerte a Hezbolá” y “No queremos una república islámica”. Imágenes de la ciudad kurda del este de Piranshahr muestran a los manifestantes gritando “Jin, Jiyan, Azadî” (Mujeres, Vida, Libertad) ante barricadas en llamas.
En medio de las protestas, muchas mujeres kurdas y persas se quitaron sus hiyab en plena calle, algo prohibido en Irán. Muchas de ellas los quemaron.
After years of campaigning against forced hijab, now Iranian women revolution is gaining momentum.
— Masih Alinejad 🏳️ (@AlinejadMasih) September 20, 2022
Across Iran women remove their hijab & burn their headscarves in public.
Compulsory hijab is the main pillar of a gender apartheid regime.#Mahsa_Amini is a symbol of resistance. pic.twitter.com/3YHq7sZheZ
“Mientras ondeábamos nuestros velos al aire, me sentí muy emocionada de estar rodeada y protegida por otros hombres. Me siento genial al ver esta unidad. Espero que el mundo nos apoye”, declaró una manifestante al periodista Ali Hamedani de la BBC en la ciudad central de Isfahan.
Otra mujer que protestó la noche del lunes en la ciudad norteña de Rasht envió a BBC Persa fotografías de moratones en su cuerpo que atribuyó a golpes de la policía antidisturbios.
“Lanzaban gases lacrimógenos. Nos ardían los ojos”, denunció. “Tratábamos de huir, me acorralaron y me golpearon. ¡Me llamaban prostituta y decían que estaba en la calle para venderme!”, declaró.
En un principio, el régimen iraní negó la responsabilidad en el asesinato de Amini, luego el presidente Ebrahim Rais declaró que se investigaría el caso, tras lo cual el gobierno comenzó a responsabilizar a “países extranjeros” por las protestas.
FUENTE: ANF / BBC / Edición: Kurdistán América Latina
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