Levantando Kobane desde los escombros

Han pasado dos años desde la liberación de Kobane (Siria) de las garras de Daesh (ISIS). La zona, situada en la frontera turco-siria, era de importancia estratégica para la organización terrorista, debido al acceso directo que proporciona a la Europa continental. En septiembre de 2014, Daesh había rodeado Kobane, forzando a miles de civiles a huir a Turquía. Con un creciente número de civiles muertos, la resistencia kurda había tomado represalias para recuperar el territorio. El 27 de septiembre de 2014 comenzaron los ataques aéreos en la zona por parte de la coalición liderada por Estados Unidos, acompañados por el avance de los combatientes kurdos. Por último, el 26 de enero de 2015, el Comandante de las YPG Polat Can anunció: “¡Felicitaciones a la humanidad, al Kurdistán y al pueblo de Kobane por la liberación de la ciudad de Kobane!”.

Desde entonces, sin embargo, la lucha en Kobane, uno de los tres cantones de la región autónoma de Rojava, continúa en un nuevo frente. Tras la derrota de Daesh, el trabajo de reconstrucción fue asignado a la Junta para la Reconstrucción de Kobane, de nueva creación. La Junta se enfrentó a la inmensa tarea no sólo de limpiar las toneladas de escombros de los edificios destruidos, sino también de localizar las minas y trampas dejadas durante la ocupación por las fuerzas de Daesh. A esto se sumaba la inminente necesidad de restaurar el 80% de la infraestructura de la ciudad, destruida por los ataques aéreos y los combates, ya que los civiles desposeídos, que habían quedado sin acceso a alimentos, agua y asistencia sanitaria, estaban regresando a la ciudad devastada por la guerra. Pero, en primer lugar, era necesario evaluar el nivel de los daños antes de iniciar la reconstrucción.

Hawzhin Azeez (32), quien se trasladó desde Australia a Kobane en octubre de 2015 para ayudar con el proceso de reconstrucción como miembro de la Junta Europea de Reconstrucción de Kobane, declara: “La falta de información sobre Kobane hacía esencial que tuviéramos a alguien sobre el terreno para recopilar los datos, informes y estadísticas necesarios para que la Junta Europea de Kobane apoyara el proceso de reconstrucción. Pero los difíciles problemas fronterizos, junto con el embargo en curso de Turquía y el norte de Irak a Rojava, hicieron imposible que la bandonara. Además, cuando llegué a Kobane, me di cuenta de que la cantidad de trabajo requerido superaba con creces lo que yo suponía que sería el alcance de mi tarea”.

Reconstrucción: De los campos de minas a los hospitales

La propia Hawzhin es del sur de Kurdistán y quedó encargada de recopilar informes que iban desde la sanidad, el agua y la electricidad hasta una lista de las minas y proyectiles sin explotar en la ciudad. También formó parte del masivo proyecto de archivística realizado por los kurdos para documentar el proceso de reconstrucción. “Creíamos firmemente que la reconstrucción de la ciudad era una tarea histórica que requería un detalle exhaustivo para las generaciones futuras. Como alguien que tiene un doctorado especializado en la reconstrucción post-conflicto y en sociedades desgarradas por la guerra, puedo atestiguar que el grado de reconstrucción de la ciudad no tenía precedentes”.

El proceso de reconstrucción en cinco etapas propuesto por la Junta implicaba asegurar las necesidades básicas, como refugio, comida y agua de los civiles que regresaban, seguida de la eliminación de los escombros para facilitar el transporte. La tercera etapa consistió en la construcción de plantas y fábricas para suministrar los materiales de construcción necesarios para el proceso de reconstrucción, seguida de la reconstrucción de infraestructuras como carreteras, escuelas y hospitales. La etapa final y más crítica, que todavía está pendiente, es el desarrollo económico local necesario para la recuperación de la comunidad.

En el centro de este proceso, dice, se encuentran los tres pilares de la Revolución de Rojava: democratización, liberación de género y sostenibilidad ecológica. “Por ejemplo, construimos una panadería con el objetivo de crear empleos para las mujeres. La panadería está ahora en funcionamiento con la ayuda de una organización cristiana en el terreno llamada AVC Internacional y las mujeres están trabajando en la panadería”.

El proceso de reconstrucción ha tenido un notable éxito, considerando la escasez de recursos disponibles y los embargos impuestos a la región. Más del 70% de los caminos dañados han sido restaurados, dos hospitales han sido reconstruidos y se han sumado otros dos, incluyendo un centro de salud. Las 15 escuelas reconstruidas albergan ahora a más de 50.000 estudiantes, y se está creando otra escuela para los niños huérfanos de Kobane, en cooperación con la Asociación de Mujeres Libres de Rojava (WJAR). La presa de Tishreen, liberada del ISIS el 26 de diciembre de 2015, suministra electricidad a la región durante todo el día.

Sin embargo, muchas ONG han dudado en proporcionar ayuda a la Junta de Reconstrucción de Kobane, que, como institución oficial del Cantón, está vinculada al PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán, fundado por Abdullah Öcalan). En respuesta, Hawzhin co-fundó la Fundación Hêvî (hêvî, en kurdo, significa esperanza) para atender a las necesidades médicas de los civiles. “Creemos que podemos evitar algunas de las restricciones a las que se enfrentó la Junta. Recientemente, Hêvî fue capaz de transferir 20 toneladas de medicamentos de máxima urgencia, incluidos la vacuna contra la polio, insulina y antibióticos, altamente necesarios en Kobane. Una ambulancia dedicada específicamente a la salud ginecológica, donada por la organización cristiana AVC International, también fue entregada por nosotros a los hospitales de Kobane. Otras 20 toneladas de medicina están en camino y llegarán pronto a Kobane”.

La Junta, compuesta por ingenieros, médicos, arquitectos y otros profesionales, está formada por dos secciones: la sección europea y la de Kobane. La primera incluye a activistas y expertos kurdos y no kurdos, con oficinas en países europeos como Alemania, Holanda, Inglaterra, Suecia, Países Bajos e Italia, para ayudar con la recaudación de fondos. Si bien la Junta Europea tiene una proporción similar de sexos, la Junta de Kobane está dominada por los hombres. “Yo era la única mujer en el Consejo de Kobane, porque el personal de la Junta eran arquitectos o ingenieros, trabajadores de la construcción o personal de mantenimiento del gran número de maquinaria pesada de construcción y equipo que teníamos. Desafortunadamente, todavía domina el trabajo masculino, especialmente en un lugar como Siria, donde las mujeres han sido tradicionalmente excluidas de este tipo de trabajo”, explica Hawzhin.

La transición desde un estilo de vida europeo a vivir en una ciudad devastada por la guerra le había resultado particularmente difícil. “Recuerdo que cuando llegué, al principio, durante el invierno, debido a la falta de agua, electricidad y gas de calefacción, me duchaba una vez cada dos semanas, lo cual me resultó muy difícil. No sólo había diferencias en el lenguaje, sino que aún existían valores tribales y patriarcales significativos en la vida cotidiana. Atravesar el espacio entre ser alguien del lugar y un intruso, las barreras del idioma, mis valores feministas dentro de un entorno de construcción dominado por hombres, todo era increíblemente difícil”.

Admite, sin embargo, que estos factores le confirieron privilegios, no disponibles para las mujeres locales, que le ayudaron en las negociaciones. “Utilicé estos privilegios para establecer reuniones semanales regulares con las mujeres en la oficina. Por ejemplo, me sorprendió darme cuenta de que las mujeres y las niñas que habían estado trabajando durante un año no tenían idea de cuáles eran sus derechos legales respecto al permiso por maternidad, vacaciones y baja por enfermedad”. En la Rojava de posguerra, donde la mayoría de los hogares están ahora liderados por mujeres, debido a la muerte de los hombres en el frente o al reclutamiento forzoso, a las madres se les da legalmente una hora de descanso durante su jornada laboral para vigilar a sus hijos.

Conflicto en escalada: embargos y nuevas ofensivas

El creciente conflicto para la liberación de nuevas áreas del control de Daesh, con la consiguiente falta de ayuda y recursos en las áreas liberadas, que están siendo desviados para ayudar a estas nuevas áreas, ha creado un problema significativo para la Junta. Además, el embargo de Turquía y del norte de Iraq ha hecho aún más difícil el acceso a la ayuda humanitaria. Las ciudades recientemente liberadas, como Manbij, acceden a recursos enviados desde los cantones de Kobane y Cezire (liberados), lo que deja a los cantones donantes apenas con lo suficiente para mantenerse ellos mismos.

Con la inminente operación de Raqqa (capital de Daesh) y la constante afluencia de civiles de áreas bombardeadas como Alepo y Azaz, se espera que la situación empeore con el tiempo. “Se trata de una afluencia masiva para una población completamente embargada, pero se están haciendo esfuerzos para sostener, alojar y alimentar a la población desplazada, porque no hay otra alternativa que la humanidad”, en contraste con los acuerdos millonarios de Europa para vender refugiados a Turquía, que tiene uno de los peores antecedentes en derechos humanos en la región, especialmente en lo relativo a su tratamiento de los refugiados”, dice Hawzhin.

“Durante mi estancia en Kobane, muchas veces los refugiados han sido disparados sin más que por buscar seguridad. Aún más inquietante es el hecho de que los guardias fronterizos turcos a menudo disparen al pasar a civiles inocentes, que no se acercan a la frontera y que simplemente están realizando sus rutinas diarias, conduciendo o abriendo su tienda”, continúa.

Para combatir el embargo, el pueblo de Kobane se ha organizado en cooperativas agrícolas y lácteas para su sustento. Sin embargo, la falta de atención de los medios respecto a estas luchas ha provocado un problema significativo para la recaudación de fondos.

“Como kurdos, estamos familiarizados con el silencio mediático general de las masivas opresiones, violencias y masacres que nuestra gente experimenta en las cuatro partes del Kurdistán. En la actualidad, el asesinato, las ejecuciones extrajudiciales de activistas y civiles, el encarcelamiento de miembros del partido HDP elegidos democráticamente, la destrucción de hogares y aldeas y de las oficinas de nuestros representantes en todo Bakur (Kurdistán Norte, Turquía) se están produciendo abiertamente y con vil transparencia por parte del Gobierno del AKP. Ha habido pocas referencias básicas a las violaciones de los derechos humanos por parte de los medios de comunicación occidentales”, dice enfadada.

Sin embargo, la trayectoria de Kobane en los últimos dos años, a pesar de estar plagada de dificultades, ha mostrado posibilidades únicas de democracia auto-organizada sobre líneas feministas, sobre principios de cooperación y ayuda mutua. “Hemos imaginado e intentado crear una sociedad diferente al status quo, que había definido las relaciones entre los diferentes grupos étnicos y religiosos como aquéllas basadas en guerras de supervivencia y recursos. La nuestra ha evolucionado para incluir la cooperación y la coexistencia mutua. Ha implicado una revolución de género. Una revolución democrática”.

FUENTE: Manisha Ganguly/RealMedia.press/Traducido por Rojava Azadî