Shehba: Resistencia y esperanzas de los refugiados y refugiadas de Afrin + Fotos

El campamento de refugiados de Vegerre (Retorno, en kurdo) es el hogar de 460 personas, que fueron desplazadas de manera forzada del cantón de Afrin, en el norte de Siria, durante la invasión militar del ejército turco y sus aliados yihadistas.

Vegerre queda solamente a un kilómetro del frente donde todavía se registran combates entre las fuerzas de autodefensa y las tropas ocupantes. Desde el campamento también se puede divisar el muro que Turquía está construyendo alrededor de Afrin, para lo cual destruyó decenas de casas.

El Centro de Información de Rojava (Rojava Information Center, RIC) publicó recientemente una serie de informes sobre la situación en Vegerre. Los pobladores indicaron que si bien en la zona existe una presencia militar del régimen sirio, es la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES) quien brinda agua, electricidad, gas y suministros de alimentos. Por su parte, las ONG internacional aportan poco, ya que el campamente no está reconocido.

En tanto, la Media Luna Roja kurda proporciona atención inmediata médica, pero si se trata de alguien con problemas graves debe ser trasladado, de forma clandestina, hacia Alepo. Según los refugiados y las refugiadas, si esto sucede se debe abonar entre 50.000 y 100.000 liras sirias a los contrabandistas, lo que equivale al salario de un mes.

Nisreen, la co-presidenta del Consejo Civil del campamento de Berxwedan, ubicado también en Shehba, explicó que cada uno de los campamentos se organiza en 14 comunas, las cuales están encargadas de resolver las controversias diarias, las cuestiones de la mujer, la autodefensa, el saneamiento y otros problemas.

La gran mayoría de los aproximadamente 110.000 de refugiados de la región viven fuera de los campamentos, en pueblos abandonados.

A su vez, Bekir, co-presidenta de la región de Shebha, dice que el embargo impuesto por Turquía a la región está políticamente motivado, y es un intento de desplazar a los refugiados kurdos todavía más lejos de Afrin.

Pese a esta situación, Bekir destaca que en la actualidad 14.000 alumnos y alumnas kurdas en la región ahora pueden estudiar en su lengua materna. Aunque existen esfuerzos evidentes para crear un nuevo sistema educativo, desde la administración autónoma denunciaron que el régimen sirio impide que los libros de texto de idioma kurdo sean trasladados a la región.

En el caso de los comités de mujeres y reconciliación, esos espacios trabajan juntos para resolver cuestiones a través de la educación y la mediación comunitaria. Si esto no funciona, se envían los casos al comité de justicia de toda la región para que sean analizados por los tribunales.

Las mujeres en los campamentos de Shehba todavía enfrentan problemas como los matrimonios forzados, la violencia doméstica y la falta de acceso a la atención médica.

Desde la Media Luna Roja kurda advierten que las mujeres embarazadas y aquellas con problemas psicológicos están particularmente afectadas por el embargo impuesto por Turquía y respaldado por el régimen sirio.

En la mayoría de los testimonios recogidos por el RIC, confirmaron tener algún familiar o conocido que sufrió el secuestro o la violación a sus derechos por parte de las fuerzas ocupantes en Afrin.

Debido a que Afrin es una región agrícola, muchos refugiados y refugiadas en Vegerre plantan pequeños jardines frente a sus tiendas de campaña. Pocos de ellos ahora pueden acceder a la tierra que necesitan para cultivar, como lo hicieron durante toda su vida. En el campamento, la falta de trabajo es una de las mayores problemática.

Aunque las condiciones son muy duras, los refugiados y las refugiadas organizan sus vidas de forma autónoma dentro del campamento.

 

FUENTE: Centro de Información de Rojava / Edición: Kurdistán América Latina