Economía y mujeres, por Abdullah Öcalan

La economía ha sido convertida en un tema a tratar que la gente ordinaria no debería de entender. Ha sido intencionalmente complicada para que la simple realidad pueda ser disfrazada. Es la tercera fuerza, después de la ideología y la violencia, a través de la cual las mujeres y a consecuencia la sociedad al completo han sido atrapadas y forzadas a aceptar una dependencia. Economía significa literalmente “ley de la casa”, originalmente el dominio de la mujer, junto a otras secciones fundamentales de la sociedad que trataré más tarde.

En cuanto a la mujer, existía la acumulación también, pero ésta no era por el mercader o el mercado. Era por la familia. Esto es lo que la economía humanitaria y real es. La acumulación no llegaba a ser un peligro debido a la extendida costumbre de la cultura del regalo. La cultura del regalo es una forma de actividad económica. También es compatible con el ritmo de desarrollo humano. Cuando la mujer fue expulsada de la historia de la civilización y en especial de la sociedad capitalista moderna, los grandes hombres tuvieron la oportunidad de distorsionar la economía en funcionamiento y por tanto transformarla en una masa de problemas. Esto fue llevado a cabo por gente sin un vínculo orgánico a la economía debido a su excesiva ansia de poder y lucro. Ellos colocaron a todas las fuerzas económicas, especialmente la mujer, bajo su control. El resultado es que estas fuerzas del poder y el estado han crecido excesivamente, como si de un tumor en la sociedad se tratara, hasta el punto en que ya no pueden ser sostenidas ni mantenidas.

El problema económico actual comienza en el momento en que la mujer es desplazada de la economía. En esencia la economía es todo aquello que tenga que ver con el sustento. Puede parecer peculiar, pero yo creo que el autentico creador de la economía sigue siendo la mujer, a pesar de todos los intentos de aplastarla y colonizarla. Un análisis exhaustivo de la economía muestra que la mujer sigue siendo la fuerza fundamental de ésta. En efecto, está claro cuando consideramos su papel en la revolución agraria y cómo recolectó plantas durante millones de años. Hoy no sólo trabajan en los hogares sino en muchas áreas de la vida económica; ella es la que mantiene la rueda en movimiento. Después de la mujer aquellos que puedan ser clasificados como esclavos, sirvientes y trabajadores serían los segundos en la línea para reclamar el título de ser el creador de la economía. Se les ha mantenido bajo control continua y cruelmente para que los poderes civilizadores pudieran apropiarse de su exceso de producción y de su valor. Terceros en la línea estarían todos los artesanos, pequeños mercaderes y granjeros que cultivan el suelo los cuales son, ciertamente, algo más libres. A esta categoría se añaden artistas, arquitectos, doctores y otros autónomos. Esto completaría el cuadro sobre quiénes crean y constituyen la economía.

El periodo más brutal para la mujer fue cuando la expulsaron de la economía durante la civilización capitalista. A esta realidad se la puede llamar “la mujer destituida de la economía”. Esto se ha convertido en la más impactante y profunda paradoja social. La totalidad de la población femenina ha sido dejada sin empleo. Aunque los trabajos del hogar sean de los más difíciles, estos son vistos como sin valor. Aunque dar a luz y criar a los hijos son las tareas más exigentes de todas éstas, no son vistas como algo valioso sino como un mero problema. Además de ser una máquina para parir, criar y sin empleo que no es cara de adquirir y puede funcionar sin costes, la mujer puede servir además como cabeza de turco, llevando la culpa de todos los males. A lo largo de la historia de la civilización ella ha sido puesta en la base de la sociedad donde hace sus tareas del hogar no remuneradas, cría a los niños y mantiene a la familia unida; tareas que forman la actual base de la acumulación capitalista. En efecto, ninguna otra sociedad tiene el poder de desarrollarse y sistemizar la explotación de la mujer hasta el punto que el capitalismo ha podido. Durante el periodo capitalista ella ha sido el objetivo de la desigualdad, sin libertad ni democracia, no solo en base sino a todos los niveles. Lo que es más, el poder de la sociedad sexista ha sido implementado con tal intensidad y tan profundamente que la mujer se ha convertido en un objeto y un sujeto de la industria del sexo. La sociedad dominada por el macho ha alcanzado su apogeo en la sociedad capitalista.

La mujer y la economía son componentes entrelazados. Puesto que ella genera economía de acuerdo a las necesidades fundamentales, solo una economía dirigida por mujeres nunca experiencia depresión, nunca causa contaminación medioambiental y nunca resulta ser un riesgo para el clima. Cuando dejemos de producir por el beneficio habremos alcanzado la liberación del mundo. Esto, a su vez, será la liberación de la humanidad y la vida misma.

FUENTE: Abdullah Öcalan/cooperativeeconomy.info/Traducido por Rojava Azadî