El Newroz llegó a la Ciudad de México

Ayer, varias personas nos reunimos en uno de los lugares más especiales: los Dinamos en la CDMX, para celebrar el Nuevo Año del pueblo kurdo o el Newroz. En medio del bosque habitó la alegría, la cordialidad, el compañerismo y el internacionalismo como preludio para encender el fuego. Compartimos comida deliciosa en medio de un círculo de personas, cada una llevó algo para compartir como rollitos de hoja santa, pan de plátano, verduras, frutas, tlacoyos de requesón, papas, maíz cocido, piña, jugo de arándano y mucho más.

Esta celebración se realiza por el término del invierno y el inicio de la primavera y está relacionada con un relato tradicional en el que se narra que la primavera dejó de llegar a Kurdistán debido a la tiranía de Zuhak que era el rey de ese momento y que sufría una grave enfermedad y malformación en los hombros; esto le causaba mucho dolor y para mitigarlo, debía poner diario masa encefálica de dos adolescentes para poder curarse. La persona encargada de conseguir a las víctimas solo sacrificaba a uno y a otro lo salvaba sustituyéndolo con un cordero. Los jóvenes salvados se refugiaron en las montañas; sin embargo el herrero Kawa, inició un levantamiento ante la inmolación de sus nueve hijos y derrotó a Zuhak. El herrero victorioso subió a la cima de la montaña y prendió fuego a su mandil como símbolo de la victoria a la opresión que vivieron, fue entonces, cuando al siguiente día… ¡llegó la primavera!

Y así, cada 20 de marzo se encienden las hogueras en las montañas de Kurdistán como símbolo de resistencia y rebeldía y el 21 se celebra la llegada de la primavera y un Año Nuevo; además de la lucha de la Revolución de Rojava se inició en el 2004 por Seherlindana Qamishlo en un día Newroz como una chispa de esperanza.

Y volviendo a la celebración que se llevó a cabo en la Ciudad de México, después de comer, bailamos alrededor del fuego, lo alimentamos con leña, con alegría y con mucho espíritu de lucha; varixs de lxs invitadxs aprovecharon para saltar el fuego, que es un momento muy especial porque llegan las ancestras guiadas e iluminadas por este elemento, para hacer conexión con nosotrxs y con el espíritu de la memoria, de la libertad y de la lucha. Desde México, nos unimos al pueblo kurdo y a lxs que pertenecen a estos pueblos que se encuentran en diversas geografías para iniciar este Año Nuevo lleno de esperanza y fuerza para conmemorar todas las luchas por la libertad de los pueblos kurdos y del mundo y de Abdullah Öcalan.

Por Paulina Domínguez, Mexico

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