Justicia después de ISIS: las estadísticas muestran la necesidad de un nuevo enfoque

La Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES), dirigida por los kurdos, anunció recientemente su plan para comenzar los juicios de los aproximadamente 2.000 combatientes extranjeros de ISIS que tienen detenidos, junto con alrededor 8.000 sirios e iraquíes. La decisión fue reportada como un movimiento “unilateral”, que tomó a los diplomáticos extranjeros “por sorpresa”. La posición actual de Estados Unidos, que está asociado con la AANES y su ala militar, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), en la lucha contra ISIS, es que los combatientes extranjeros deben ser repatriados a sus países de origen para ser juzgados.

Pero solo 74 combatientes extranjeros de ISIS han sido repatriados desde la derrota de ISIS, en 2019, según muestra un análisis basado en investigaciones proporcionadas por el Centro de Información de Rojava (RIC). Más del 75% de ellos, fueron repatriados en 2019; desde entonces, la tasa de repatriación ha disminuido drásticamente, sin repatriaciones en absoluto en 2020, ocho en 2021, solo una en 2022, y ninguna nuevamente en 2023. La repatriación de personas vinculadas a ISIS, mujeres y niños también se ha desacelerado en los últimos años, con solo 2.586 repatriaciones documentadas por el RIC, un centro independiente de investigación y noticias con sede en el norte y este de Siria. Esto deja a unas 12.500 mujeres y niños extranjeros detenidos en instalaciones gestionadas por las FDS, de nuevo junto a decenas de miles de sirios e iraquíes.

Entre las principales potencias occidentales, solo Estados Unidos ha repatriado a sus 28 ciudadanos detenidos en el noreste sirio. Estados como Francia, Alemania, Canadá, Australia, Bélgica y el Reino Unido no han accedido a repatriar a un solo combatiente masculino. Como sugieren las estadísticas, los esfuerzos de Estados Unidos para presionar a sus socios estatales en la Coalición para Derrotar a ISIS a hacer lo mismo y repatriar a sus propios ciudadanos, han caído en saco roto, y el Reino Unido incluso ha prefirido permitir que Estados Unidos extradite y lleve a juicio a dos ciudadanos británicos, en lugar de traer al Reino Unido a los miembros del cuarteto terrorista llamado “Beatles”.

“La AANES lleva cinco años cuidando de estos criminales, manteniéndolos en prisión sin juicio, lo que no cumple las normas internacionales”, afirma Bedran Chiya Kurd, copresidente de la Oficina de Asuntos Exteriores de la AANES. En una rueda de prensa para explicar por qué la AANES se sintió obligada a iniciar juicios por su cuenta, Chiya Kurd señaló los repetidos intentos de fuga, incluido un gran levantamiento en enero de 2022 que se saldó con la muerte de 374 miembros del ISIS, 117 militares y personal penitenciario y 4 civiles; una mortífera insurgencia en curso del ISIS que mató a cientos más, incluidos 87 civiles, a lo largo de 2022; la radicalización, especialmente de menores, en prisiones y centros de detención; y la falta de recursos de la AANES, lo que significa que la región está luchando bajo la carga insoportable de asegurar y cuidar a miles de individuos altamente radicalizados en nombre de potencias extranjeras mucho más ricas.

Los juicios propuestos resultan controvertidos, ya que la AANES carece de reconocimiento formal como entidad política autónoma, lo que significa que muchos Estados extranjeros se niegan a entablar relaciones diplomáticas, humanitarias o políticas con la región. “Si bien la Coalición liderada por Estados Unidos coopera con las FDS dentro de un marco militar y de seguridad, Occidente es reacio a iniciar un compromiso político real con la AANES como actor legítimo en Siria”, dice la investigadora del RIC, Samantha Teal. Pero dada la falta casi total de movimiento en cuanto a las repatriaciones o el establecimiento de un mecanismo de justicia internacional para juzgar a ISIS, una demanda previa de la AANES, no sorprende que la región haya optado por comenzar a juzgar a los combatientes extranjeros, de acuerdo con los procedimientos establecidos en los tribunales nacionales, tribunales que ya han acusado a miles de miembros sirios de ISIS.

Las cifras exactas de algunas repatriaciones no están claras, como cuando los Estados anuncian la repatriación de “familias” sin especificar el número de personas involucradas, mientras que otras repatriaciones pueden no haberse hecho públicas. No obstante, el informe ofrece una imagen clara de varias tendencias clave.

Las 12 repatriaciones individuales más grandes fueron realizadas por estados postsoviéticos (Kazajstán, Uzbekistán, Kirguistán y Rusia) o, en un caso, por Kosovo. Todos estos Estados han adoptado un enfoque considerablemente más abierto para repatriar a sus ciudadanos que los aliados de Estados Unidos. Casi la mitad de todos los combatientes masculinos repatriados han regresado a un solo país, Kazajstán, que ha traído de vuelta a 33 combatientes masculinos, así como a unas 700 mujeres y menores. El modelo kazajo, en el que las mujeres y los menores se ubican en un programa de rehabilitación estatal inicial que brinda “atención médica, apoyo familiar, vivienda, educación y oportunidades laborales”, seguido de apoyo y monitoreo continuos, junto con juicios para hombres que participaron activamente en ISIS, ha sido respaldado por Washington y puede y debe ser replicado por potencias occidentales mucho más ricas.

Por su parte, Estados Unidos debe reconocer que su política actual de alentar a otras naciones a seguir su ejemplo no está funcionando. Nuevamente, casi la mitad de todas las repatriaciones hasta la fecha ocurrieron en 2019; desde entonces, la tasa de repatriación se ha reducido aproximadamente a la mitad. Algunas potencias occidentales, como Alemania, Francia y Suecia, ahora han repatriado a la mayoría de sus mujeres y niños, pero continúan adoptando la política de repatriar solo a los huérfanos o solo a las mujeres y los menores, dejando atrás, en el norte y el este de Siria, a los miembros masculinos de ISIS más peligrosos.

El Reino Unido es particularmente recalcitrante cuando se trata de contender con sus propios ciudadanos, habiendo repatriado solo a 10 menores y una mujer, o menos del 20% del total estimado. Además, el Reino Unido le quitó la nacionalidad británica a la destacada joven miembro de ISIS, Shamima Begum, sobre la base de que ella también es elegible para un pasaporte de Bangladesh, dejándola efectivamente apátrida ya que Bangladesh ha declarado que no tolerará la custodia de Begum, quien nunca ha visitado el país asiático.

Sin embargo, el Reino Unido ha vuelto a tomar la custodia de otro miembro de la célula terrorista británica “Beatles”, llevándolo a juicio después de que fuera deportado de Turquía, donde había sido encarcelado tras una condena por cargos de terrorismo. Teal, del RIC, señala que hay múltiples razones por las que las potencias internacionales se niegan a asumir la custodia de sus ciudadanos, con unas repatriaciones claramente muy impopulares a nivel nacional, al tiempo que puede resultar difícil asegurar condenas apropiadas dadas las dificultades para reunir pruebas de la antigua zona de control de ISIS. Pero una falta de voluntad miope para comprometerse con la AANES por temor a enojar a Turquía, dada la oposición profundamente arraigada de ese país a la política dirigida por los kurdos, también juega un papel crucial en evitar que los Estados occidentales busquen una solución a la crisis, cada vez mayor, ocasionada por la detención de combatientes extranjeros de ISIS en el noreste sirio.

Al igual que con la deportación del hombre conocido como “Yihadi Paul” al Reino Unido, Turquía ha conseguido deportar al menos a 8.000 miembros condenados del ISIS a 43 países, lo que demuestra hasta qué punto la falta de repatriaciones desde los NES es una cuestión de voluntad política más que de necesidad legal. De hecho, el hecho de que se hayan producido algunas repatriaciones demuestra aún más que las potencias extranjeras podrían seguir fácilmente el ejemplo de Estados Unidos. Por ejemplo, una delegación británica para repatriar a niños huérfanos nacidos de miembros del ISIS fue enmarcada por otros medios de comunicación que acompañaban a la delegación británica como una “audaz incursión del SAS”: en realidad, la delegación fue conducida con chófer a través del paso fronterizo estándar de la región con el Kurdistán iraquí, y disfrutó de té, galletas y una sesión de fotos con políticos locales antes de conducir de vuelta a través de la frontera, en un procedimiento estándar ya repetido decenas de veces por decenas de gobiernos extranjeros.

Dada la decisión politizada de las potencias internacionales de no repatriar a sus ciudadanos, hay dos rutas disponibles para Estados Unidos: apoyar a la AANES en sus esfuerzos legales internos o finalmente tomar la iniciativa de establecer un nuevo mecanismo de justicia especializado para juzgar a los miembros extranjeros de ISIS.

Si bien los detalles precisos siguen sin estar claros, se espera que la AANES lleve a cabo algún procedimiento legal sobre la base de la ley antiterrorista actualmente empleada en los “Tribunales de Defensa del Pueblo”, a través de los cuales la administración civil ha estado juzgando a los sospechosos de ISIS sirios desde 2014. Aunque imperfectos, estos tribunales garantizan estándares más altos del estado de derecho y el debido proceso que los de cualquier otra parte del conflicto sirio o potencia vecina. Vale la pena señalar que una encuesta sobre los juicios realizados con esta ley encontró que alrededor del 10% de los 8.000 sospechosos de ISIS juzgados por estos tribunales hasta la fecha han sido declarados inocentes y liberados, el 10% recibió la sentencia máxima de 20 años a cadena perpetua, y el resto recibió sentencias en algún punto intermedio.

Estas estadísticas sugieren una clara ruptura con la situación en el vecino Irak, donde los sospechosos de ISIS a menudo han sido sentenciados rápidamente a muerte sin el debido proceso. “Tenemos fiscales, tenemos un grupo de jueces especializados y también tenemos años de experiencia”, dice Chiya Kurd. “Serán juicios públicos: monitores, observadores, expertos y abogados serán bienvenidos a estos juicios. Hemos estado en contacto con varias autoridades europeas. Queremos que sean parte de este proceso. Pueden enviar a sus abogados para defender a sus propios nacionales, u observadores para seguir el proceso”.

Es cierto que la AANES carece de los recursos y la experiencia para llevar a cabo juicios de acuerdo con los estándares occidentales, pero su compromiso con un arreglo equitativo y justo es evidente. Chiya Kurd destacó que la región mantiene la esperanza de contar con el apoyo y el compromiso de Occidente en el establecimiento de juicios para combatientes extranjeros, ya sea de Estados o de ONG. En lugar de hablar solo para criticar a la AANES por las deficiencias en la provisión humanitaria y de seguridad, Occidente debería desempeñar un papel proactivo para ayudar a la AANES a implementar juicios justos, legales y humanitarios, además de equipar a la región con instalaciones de detención adecuadas en lugar de las reutilizadas escuelas y otros edificios inadecuados donde actualmente se encuentran recluidos la mitad de los sospechosos de ISIS.

Las amnistías periódicas y los esfuerzos a pequeña escala pero encomiables para rehabilitar a los miembros varones jóvenes de ISIS, proporcionar programas de rehabilitación en campos de detención y prisiones, y los esfuerzos de divulgación para promover la tolerancia intercomunitaria y los derechos de las mujeres en los antiguos bastiones de ISIS ahora bajo el gobierno de AANES también hablan del compromiso de la región por encontrar una solución duradera que asegure la derrota definitiva de ISIS. Nuevamente, Occidente debería cumplir con estos programas a mitad de camino proporcionando más recursos y capacitación.

Alternativamente, el propio Washington podría tomar medidas unilaterales para establecer un mecanismo de justicia por su propia cuenta, liberando a la AANES de responsabilidad. Las Resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU 2170 y 2249, que prevén el establecimiento de la Coalición, también ordenan a los 80 Estados miembros “llevar a (ISIS) ante la justicia, de conformidad con el derecho internacional”. Si hubiera voluntad política, estas resoluciones podrían usarse fácilmente como base para la formación de un mecanismo de justicia alternativo, quizás más aceptable para Turquía que los juicios llevados a cabo por la propia AANES; aunque la AANES, por supuesto, continuaría jugando un papel clave.

El anuncio “unilateral” es, por tanto, parte de una conversación mucho más amplia, sin duda destinada, en parte, a provocar una respuesta de las potencias globales. Después de perder a 13.000 de sus ciudadanos en la lucha militar para derrotar a ISIS, solo para quedarse a cargo de decenas de miles de miembros vinculados a ISIS que regularmente continúan matando a sus fuerzas de seguridad, representantes políticos, personal médico y civiles, seguramente tienen todo el derecho a esperar una.

La AANES ha demostrado ser el mejor socio de Occidente en la lucha contra ISIS y se debe confiar en que buscará una solución justa y duradera a la crisis que enfrenta actualmente debido a la falta de voluntad de las potencias globales para asumir la responsabilidad de sus propias acciones. Desafortunadamente, observa Teal, parece que “la opción preferida es continuar como antes: forzar la obligación de tratar con estos combatientes encarcelados sobre la AANES mientras se niega a esta última el respaldo político que necesita para construir una seguridad genuina y sostenible en el NES y garantizar una seguridad duradera mediante la derrota de ISIS”.

FUENTE: Matt Broomfield / Kurdish Peace Institute /Fecha de publicación original: 30 de junio de 2023 / Traducido y editado por Rojava Azadi Madrid

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