¿Es posible un sistema social basado en la liberación de los géneros y la ecología? En Kurdistán, las mujeres encabezan un profundo movimiento social y político. Desde Medio Oriente, las mujeres kurdas tejen redes para lograr una sociedad libre, igualitaria y democrática bajo el Confederalismo Democrático.
Alessia Dro forma parte del Movimiento de Mujeres del Kurdistán. Recientemente, visitó nuestra ciudad (Córdoba, Argentina) y compartió con HOY DÍA CÓRDOBA una lucha que no es televisada.
Para comenzar, si buscamos dónde se ubica Kurdistán en el mapa, encontraremos un territorio con límites sinuosos entre Turquía, Siria, Irán e Iraq. “Buscarlo significa ponerse afuera de la mentalidad de las fronteras que nos separan como estados naciones”, dice para comenzar. “Significa poner en el centro las alianzas entre pueblos que el movimiento revolucionario de mujeres puede desarrollar más allá de las barreras que nos separan”, agrega.
La población kurda habita las montañas entre los ríos Tigris y Éufrates desde la Antigua Mesopotamia, enfatiza. “Es un pueblo de más de 45 millones de personas, con 20 millones en Turquía y más de cuatro millones en la Federación Democrática del Norte de Siria (Rojava), basada en una democracia directa, fuera del capitalismo y del estado nación”.
“Es equivocado pensar que el movimiento de liberación kurdo lucha por la independencia de su territorio. La manera con que las mujeres kurdas vieron las luchas de liberación nacional no era poniendo en el centro solo la transformación social o la independencia del Estado con otra forma de gobierno –explica-. Las mujeres plantearon poner como primera contradicción a superar las relaciones entre hombres y mujeres. Esto va más allá de todas las luchas de liberaciones nacionales”.
Confederalismo Democrático
De esta forma, Alessia Dro se refiere al Confederalismo Democrático impulsado por el líder kurdo Abdullah Öcalan. Se trata de una “democracia sin Estado”, en palabras de Öcalan: “Los procesos de toma de decisión democráticos no deben ser confundidos con los procesos conocidos de la administración pública. Los estados solo administran mientras que las democracias gobiernan. Los estados están fundados en el poder, las democracias están basadas en el consenso colectivo”.
“El Confederalismo Democrático es flexible, multi-cultural, anti-monopólico, y orientado hacia el consenso. La ecología y el feminismo son pilares centrales”, definió en 2012 el dirigente kurdo, condenado a prisión perpetua por el gobierno turco en 1999, es decir, hace 20 años. Un ejemplo de descentralización del poder es lo que sucede actualmente en Rojava, norte de Siria, parte de Kurdistán. Dro explica una forma de organización autónoma de mujeres para lograr “no solo mecanismos de paridad e igualdad, sino de ruptura de poder”.
En Kurdistán, en cada proceso hay una asamblea de mujeres y otra mixta: “Las participantes de la asamblea de mujeres deciden quiénes son las mujeres que irán a la asamblea mixta. Así, las mujeres tienen una doble presencia, organizadas en lo separado y en lo mixto”. “El hecho de poner una cuota, por ejemplo ahora en Rojava, sirvió para garantizar una presencia de los hombres en la política porque hubo una participación masiva de las mujeres. Este mecanismo de la copresidencia y doble presencia de las mujeres para garantizar la paridad permite el equilibrio”, dice. “Nosotras pensamos que este es el siglo de la revolución de las mujeres. La revolución de Rojava es una de las demostraciones, pero pensamos que en América del Sur hay mucho para aprender y compartir”, expresa.
-¿Qué pueden compartir a las mujeres argentinas?
-Una de las cosas más importantes creemos que es la organización autónoma de mujeres en todo aspecto de la vida. Es tomar decisiones a partir de las diferencias que como mujeres también tenemos. Entonces, hablamos de plurinacionalidad y desde las disidencias. Es tejer relaciones con los pueblos más allá de la dimensión colonial del Estado-nación patriarcal.
-¿Y para las mujeres de América Latina?
-Alcanzar un nivel de coordinación entre las mujeres en lucha más allá de las fronteras entre los países. Vemos hoy cómo en cada lugar los procesos de lucha en América Latina los lideran las mujeres, pensamos a la defensa del territorio o de la naturaleza. No son los hombres, son las mujeres las que lo llevan adelante. Ahora en Rojava también estamos en una dimensión ecológica y social que se está recreando desde las mujeres, esto se refleja inmediatamente en lo político. Se está construyendo otro mundo a través de la pluralidad en la unidad, una belleza que se alcanza solo entre las diversidades.
Ciencia de las mujeres
Antes de finalizar, Dro comparte de qué se trata la “ciencia de las mujeres”. “A lo largo de la historia, las mujeres tuvieron que luchar en muchos aspectos desde la organización social hasta la economía. Pero nunca se pensó en una nueva manera de entender, holísticamente, el conocimiento humano”, dice.
“La Jineolojî es una palabra que significa ‘ciencia de mujer’ o ‘ciencia de la vida’. Jin en kurdo significa al mismo tiempo ‘vida’ y ‘mujer’. Es una ciencia social que surgió hace 10 años y es la ciencia base del Confederalismo Democrático. Estamos hablando de una perspectiva que funda todos los campos de saberes y lo hace desde la experiencia de lucha de las mujeres”, explica.
Añade que toma y recupera todas las experiencias y la memoria de lucha de las mujeres, y se diferencia del positivismo: “Criticamos cuando la ciencia se vincula con el poder y deja de ser una herramienta de liberación y solución para la vida en comunidad. La Jineolojî tiene que ver con un compromiso desde lo cotidiano y vivencial. No es hecha por y para un grupo de intelectuales, es hecha al interior de las asambleas populares y donde no se usa la palabra ‘epistemología’ en su aspecto divisorio”, detalla y concluye: “La idea es construir juntas, desde las experiencias concretas de luchas, nuevas herramientas de liberación de las mujeres y de todas identidades sociales en el mundo. Jineolojî se puso por esto, hace tiempo, en profunda relación y en lucha con los movimientos LBTIQ”.
Alessia Dro participó el pasado jueves 27 de junio en una jornada organizada por Armenia Queer y Pink Armenia, en el Museo de Antropología donde se proyectó el documental “Escúchame – Historias más allá del Odio”. Posteriormente, se abrió el debate para profundizar sobre la situación de la comunidad LGBTIQ+ en Armenia y en la diáspora. También realizó distintas actividades con el Comité en Solidaridad con Kurdistán Córdoba.
“Desde el Movimiento de Mujeres de Kurdistán cuestionamos desde la base qué es la libertad, y que es el amor. Nunca hablamos de un sentimiento desde lo individual o referido a una sola persona. Solo podemos ser libres, ser nosotros nosotres y nosostras mismas en la pluralidad. El MMK toma el amor, más allá del régimen heteropatriarcal, racista y capitalista, como una fuerza social generadora de lazos de comunidad que puede transformar el mundo”, compartió durante el debate en el Museo.
FUENTE: Sofia Jalil /Hoy Día / Edición: Kurdistán América Latina