La ensoñación de Özgentürk y los sueños del pueblo kurdo

Hay una escritora republicana de la generación del 68. La conozco tan bien como conozco a la gente de Estambul de esa generación. Es una de las mejores combinaciones de arte, literatura y mentalidad revolucionaria entre nosotros. Entiendo lo que ha escrito, pero no puedo entender por qué lo publicó en el periódico Cumhuriyet. A veces me pregunto si es que ha logrado una “zona liberada autónoma” entre esa multitud kemalista.

Cuando leí su artículo publicado, me dije que era excepcional; no ha envejecido, está reviviendo la juventud del 68.

A ver si piensan como yo. Citaré un par de frases de su artículo. La primera, esta: “Piénsenlo, los partidos de oposición en la Asamblea General (el Parlamento turco) deberían boicotear inmediatamente el propio Parlamento. La Asamblea, que casi no tiene ninguna función y simplemente consiente que el gobierno del AKP haga leyes y las implemente, se ha abstenido hasta ahora de representar la voluntad del pueblo. No es tan difícil para los partidos de oposición en la Asamblea boicotear la propia Asamblea, en vez de ir a concentrarse en las plazas durante las horas de reunión parlamentaria y decir la verdad al público. También se debería saber que la fuerza armada de 90.000 policías, formada por el AKP desde hace 20 años, depende directamente de Tayyip Erdogan. Esto es algo aterrador. Pero el miedo no tiene un beneficio inmediato”.

Es como si estuviera hablando con Deniz Gezmiş (1). Como en los días del “boicot universitario y la ocupación”. Continuemos: “En tal situación, la policía de Tayyip Erdoğan dirá ‘Por Alá’ y atacará a todos sin piedad, o bien se apostarán en un rincón y observarán lo que sucede. La prensa pro, que no se percató ni vio el boicot durante algún tiempo, perdería su influencia y eventualmente Tayyip declararía traidores a todos los diputados y ordenaría arrestarlos (…) Puede haber arresto o no. Este es nuestro momento de deshacernos de Tayyip Erdogan. De lo contrario, a nuestro país le espera un Estado religioso similar a Afganistán, no uno moderado. Además, la sombra de una dura guerra civil ya ha caído sobre el sur de nuestro país. Estamos progresando rápidamente para convertirnos en el Afganistán del Mediterráneo”.

Özgentürk se refiere al “Estado religioso” y a la “guerra civil” turco-kurda (aunque no llame a los combatientes por su nombre), y no busca la solución en las “elecciones” o el “golpe militar” que quedan en la herencia histórica de su periódico, sino al método más efectivo de la “desobediencia civil”. Está llamando al “boicot a la Asamblea”, aunque también sabe muy bien que el “boicot” que anhela es una ilusión.

Como toda demócrata que no tiene detrás una organización y no comanda las fuerzas que harán realidad su sueño, Özgentürk inevitablemente se mantiene en la ensoñación. Pero tan pronto como ponga por escrito su sueño, sea consciente de ello o no, habrá dado el primer paso en el camino que hará realidad ese sueño. Ya lo ha escrito.

Imagínense: todos los partidos de la oposición, excepto el HDP, se pelearon con sus líderes o entre ellos. Todos ellos están jugando a lamentarse por la “Alianza Nacional” que ellos mismos establecieron. Por otro lado, mantienen la puerta “abierta”, donde se dan zarpazos para conseguir su participación en las elecciones locales. A pocos meses de las elecciones, crearán una nueva falsa esperanza. Mientras tanto, en un periódico como Cumhuriyet se escucha una voz que dice: “Boicot a la Asamblea, no tengan miedo de ser arrestados, el día que Tayyip intente arrestarlos, nos desharemos de él”.

La base de la oposición en cuestión está harta del juego de la “oposición” y no tiene remedio. Su espalda está débil por la lucha desde la calle. Me parece que aquellos que primero entienden qué es qué, y luego la base de esta oposición, pueden comenzar a soñar con un “boicot”. Tales sueños son contagiosos cuando se llega a un punto muerto. Si se infecta, entonces deja de ser un sueño. El día que millones de votantes comiencen a decir: “Fuera de este establo de fascismo, quédense con nosotros”, incluso para aquellos a los que les gustan los asientos cómodos, el “sueño” en ese asiento comenzará a hundirse como un clavo.

Para superar la crisis del propio sistema ante los partidos del sistema, se cierra ahora la vía electoral en el actual régimen fascista. El CHP, por otro lado, no es capaz de vislumbrar un “sueño repentino”. Ellos “esperarán” el momento “vuslat” (“reunión”, en turco). Tampoco tienen prisa. Pero los que intentan dormir “con el estómago vacío” y los que son torturados en las mazmorras están “apurados”. Viendo cómo la Diyanet (Dirección de Asuntos Religiosos de Turquía) está a punto de llevar a Shaykh al-Islam, a los alevís, a las mujeres musulmanas que no quieren vestir el burka, a los kurdos cuyas tierras son bombardeadas, y a todos los seres vivos en los bosques a enfrentar el genocidio, se entiende que tengan prisa. No queda tiempo para decir “estas no han sido las elecciones, veamos qué pasa en las próximas”. Los partidos del sistema, o bien perderán sus bases “esperando” o verán el sueño de Özgentürk y actuarán rápidamente.

¿Qué pasa con HDP-YSP?

Literalmente, rompieron las puertas de la Asamblea y ocuparon su lugar allí. No es porque de la Asamblea salga una “solución”. Están allí para representar la voluntad de los kurdos en el Parlamento de este Estado. Aunque no hagan nada, hacen mucho: allí vive el kurdo ignorado. Su existencia es acción. Por sí mismos, un “boicot” ni siquiera se les pasaría por la cabeza. El Estado los echó repetidas veces por la puerta; entraron por la chimenea.

Pero cuando el sueño de Özgentürk se haga realidad, los verán junto a ellos cuando la oposición diga boicot y salga a la calle.

En resumen, el pueblo kurdo no está exento de opciones. Hace que su voluntad se represente en la Gran Asamblea Nacional de Turquía y ofrece al Estado la posibilidad de una solución pacífica, y responde a aquellos que no están de acuerdo con una solución pacífica en un idioma que pueden entender.

Mientras la Alianza Nacional grita “¿Qué pasará con Turquía y con nosotros?”, algunos beben raki y otros dicen que bebieron jarabe de arándano mientras bebían raki, continúan caminando por su propio camino.

La oposición turca necesita el sueño de Özgentürk. La gente en Kurdistán tiene sueños muy diferentes: la libertad de Öcalan, la unidad nacional kurda, el fin de la guerra y la ocupación, el Medio Oriente confederal con el Gran Kurdistán en el centro, el reino de la liberación de género, la igualdad comunitaria ecológica.

A veces sueñan que los políticos turcos boicotean la Gran Asamblea Nacional de Turquía y salen a la calle.

Notas:

1- Deniz Gezmiş (27 de febrero de 1947 – 6 de mayo de 1972) fue un revolucionario marxista-leninista turco, líder estudiantil y activista político en Turquía a finales de la década de 1960. Fue uno de los miembros fundadores del Ejército Popular de Liberación de Turquía (THKO).

FUENTE: Veysi Sarisözen / Yeni Ozgur Política / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

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