La resistencia de las mujeres kurdas en el escenario del teatro

Los y las artistas en Rojava superan todo tipo de dificultades, a pesar del brote pandémico de la Covid-19, gracias a las comunas que establecieron. A pesar de estas dificultades, siguen trabajando. Una de estas artistas es Şevîn Xelîl. Ella une la resistencia de las mujeres kurdas y Ulrike en el escenario del teatro.

El sistema se encuentra en una grave crisis debido a la pandemia del Covid-19, que ha matado a miles de millones de personas en todo el mundo. Las obras culturales y artísticas también han sufrido la crisis. Los escenarios de conciertos y teatro han quedado vacíos. Y los artistas se han quedado desempleados. Pero este proceso funciona de manera diferente en el noreste de Siria. Los artistas han seguido produciendo su arte a pesar de las oportunidades limitadas causadas por las amenazas de Turquía, el ataque del régimen de Damasco y el embargo impuesto al noreste de Siria.

Los artistas de Rojava superan todo tipo de dificultades gracias a las comunas que establecieron: reciben apoyo económico a través de las comunas y siguen trabajando en sus producciones. La Revolución en Rojava trae un nuevo aliento al arte y a los artistas, más allá de las crisis y depresiones experimentadas en todo el mundo. El teatro kurdo se ha desarrollado bajo el liderazgo de las mujeres en Rojava.

Teatra Sarya Baran, el primer grupo de teatro exclusivamente femenino establecido dentro de la estructura de Kevana Zerin, inaugurado en la ciudad de Qamishlo al noreste de Siria, es un importante centro de arte que capacita a actores, directores y guionistas. Şevîn Xelîl trabaja como actriz de teatro en el Teatra Sarya Baran desde que tenía 13 años. Aunque no pudo actuar durante el régimen del partido Ba’ath debido a las prohibiciones y presiones sobre el teatro kurdo y las mujeres, comenzó a actuar después de la Revolución en Rojava.

Şevîn interpretó al personaje de Meinhof en la obra de teatro titulada “I’m Ulrike – Screaming”, escrita por el famoso director de teatro italiano Darío Fo. En el escenario, ella gritaba: “Y todas las mujeres, todas las mujeres que están conscientes de ser oprimidas, humilladas, explotadas, entenderán por qué estoy aquí y por qué quieren matarme… Guardias, jueces, políticos, a nadie de ustedes les importa… ¡Cientos de miles de mujeres levantarán esta enorme montaña y sacudirán el falso trono en el que se sientan sobre sus hombros! Y gritarán todos juntos: No matarás a Ulrike Meinhof”.

El grito de Şevîn en el escenario, donde apareció sola por primera vez, resonó en los oídos de cientos de espectadores. Fue el grito de una actriz de teatro en un país libre. La periodista alemana Ulrike Meinhof, madre de dos hijos, fue encontrada colgada de una cuerda en su celda, pero había mostrado a toda la humanidad la fuerza para resistir la barbarie capitalista como mujer revolucionaria. Şevîn sintió el espíritu de resistencia de las mujeres kurdas y a Ulrike juntas, mientras representaba la obra de teatro. Şevîn, quien recibió su primera educación teatral en Kevana Zerin, apareció en el escenario por primera vez interpretando la obra “Tabloya Hude”.

Şevîn no se enfrentó a ninguna presión de su familia y la sociedad cuando comenzó a actuar a una edad temprana. Pero cuando creció, su familia y la sociedad dijeron que interpretar obras de teatro era una “vergüenza” para ella. Şevîn ahora dice que su familia no le permitió ir a Kevana Zerin para recibir su educación teatral, pero superó todos los obstáculos y siguió actuando. El mayor sueño de Şevîn es ser una buena intérprete de teatro y una buena directora.

Şevîn se refiere a su actuación en “I’m Ulrike – Screaming”, que fue dirigida por Sarya Golan: “El grito de Ulrike fue mi grito. No quería taparme la cabeza en el escenario. Me vi obligada a cubrirme la cabeza porque crecí en una familia conservadora. Tuve serios problemas al persuadir a mi familia para que descubriese mi cabeza. Pero finalmente logré persuadirlos. Están orgullosos de mí al verme ahora en el escenario. Sentí y viví la vida de Ulrike mientras actuaba porque nuestras historias eran similares. Ulrike resistió al Estado y a la sociedad; yo resistí a mi familia y a la sociedad. El período en el que interpreté esta obra fue el más desafiante de mi vida. Luchaba contra mi familia y la sociedad. La vida de Ulrike se convirtió en mi vida. Su resistencia se convirtió en mi resistencia. Mi grito en el escenario fue el grito de todas las mujeres que se resistieron”.

FUENTE: Günay Aksoy / Jinha / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

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