Rojhilat (Kurdistán iraní) está ardiendo. En los asentamientos kurdos de Irán se registran, desde hace días, devastadores incendios forestales. Las reservas naturales de Merîwan (Marivan) están especialmente afectadas. Sólo en los alrededores del Lago Zrêbar (Zarivar), al oeste de la ciudad, las llamas han destruido unas 500 hectáreas de vegetación, según la organización ecologista Chya Sabz.
El fuego se había acercado a los pueblos de Kani Miran, Saad Abad y Sif, y a pesar de haber sido extinguido varias veces, se había avivado una y otra vez debido al calor y a los fuertes vientos. El fuego suponía una grave amenaza para las personas y la naturaleza, dijo un representante de la organización ecologista.
En Darevaran, al norte de Merîwan, las llamas han arrasado más de mil hectáreas de bosque. Según Chya Sabz, las altas temperaturas y los fuertes vientos habían favorecido masivamente el incendio forestal en varios lugares. Además, el fuego había desencadenado explosiones de minas terrestres que llevaban enterradas desde la guerra Irán-Irak (1980-1988).
“En los 16 años que Chya Sabz lleva trabajando en la extinción de incendios forestales, nunca habíamos experimentado un incendio tan grande e intenso”, declaró un activista de la Red de Derechos Humanos del Kurdistán (KHRN), con sede en Francia. “Los bosques adyacentes al pueblo de Darevaran y los pueblos vecinos son de los más densos del Kurdistán. Y eso hace mucho más difícil controlar el fuego”, agregó.
Merîwan está enclavada en los montes Zagros, en una frontera fuertemente militarizada entre Rojhilat y Bashur (Kurdistán iraquí). Desde hace años, el ejército iraní, y en especial la llamada Guardia Revolucionaria, provocan allí incendios todos los veranos. Se trata de un medio de guerra habitual en el arsenal de la política de contrainsurgencia y expulsión anti-kurda. Al igual que el Estado turco, el régimen de Teherán utiliza la destrucción selectiva de la naturaleza para doblegar a la población kurda e incendiar el terreno de los grupos de oposición y los movimientos guerrilleros, que son demonizados como “organizaciones terroristas”.
Ahora, los voluntarios que luchan contra el fuego están seguros de que la Guardia Revolucionaria también es responsable de los incendios que actualmente arden en Meriwan.
Los incendios en esa ciudad kurda se producen cerca de las zonas de los montes Zagros, donde la Guardia Revolucionaria iraní lanzó en junio una gran ofensiva contra los grupos kurdos.
Aunque la ayuda estatal para luchar contra el incendio es inexistente y son asociaciones como la Chya Sabz las que están haciendo frente al infierno de llamas, el régimen impide el funcionamiento de estas iniciativas de autoayuda y las criminaliza todavía más.
Según informaciones de KHRN, al menos cinco activistas medioambientales han sido detenidos por la Guardia Revolucionaria en los últimos días y trasladados a lugares desconocidos. Otras veinte personas resultaron heridas mientras intentaban apagar las llamas en Merîwan. En dos casos, los voluntarios sufrieron heridas tan graves que no fue posible atenderlos en el momento. Tuvieron que ser trasladados al hospital y siguen recibiendo tratamiento.
A mediados de julio, una operación de extinción de incendios en Rojhilat se saldó incluso con una víctima mortal: un hombre de 50 años llegado del Kurdistán iraquí murió por disparos de la Guardia Revolucionaria iraní mientras extinguía un incendio forestal en la provincia de Kirmaşan (Kermanshah).
Mientras tanto, crece la afluencia de gente al campamento establecido por la Chya Sabz en la llanura de Merîwan para coordinar las labores de extinción y suministrar voluntarios. Desde todas partes de Rojhilat y otras zonas de Irán, mujeres y hombres, desde jóvenes a ancianos, acuden al campamento para ayudar. Siempre están presentes cuatro nombres: Sharif Bajour, Omid Hohnepooshi, Rahmat Hakiminia y Mohammad Pajoohi. Los cuatro ecoactivistas murieron en agosto de 2018 mientras extinguían un incendio forestal en Merîwan.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina
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