Un informe del Instituto Kurdo de Washington expone el nefasto impacto de Turquía en la población civil del norte de Siria

Un reciente informe publicado por Instituto Kurdo de Washington (WKI, por sus siglas en inglés) revela el impacto que la presencia militar de Turquía en el norte de Siria tiene sobre la población civil, incluyendo el alcance de las bajas, el efecto sobre las mujeres y los niños, la ubicación geográfica de las zonas más afectadas y la letalidad agravada de los ataques con drones en comparación con la artillería tradicional.

El exhaustivo estudio, cuyos autores son Cameron Sterling y Yousif Ismael, examina las incursiones en las regiones kurdas de Siria desde que Turquía puso en marcha la operación Escudo del Éufrates, en 2016. Los resultados muestran daños significativos tanto a civiles como a personal militar.

El informe esboza cómo, a pesar de los acuerdos formales alcanzados con Estados Unidos y Rusia en 2019, Turquía ha seguido encontrando justificaciones para mantener las hostilidades contra la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES), liderada por los kurdos. En particular, la investigación se centra en las víctimas civiles resultantes de los ataques turcos y de las facciones armadas alineadas contra las zonas controladas por la AANES desde principios de 2020 hasta agosto de 2023.

Las fuentes de datos del estudio incluyen Airwars, el Centro de Información de Rojava (RIC) y diversos medios de prensa, con la verificación posterior del Instituto Kurdo de Washington. En el informe se subraya que el estudio se centra en las regiones kurdas, excluyendo las bajas causadas por los guardias fronterizos turcos, las bajas militares dentro de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) y las bajas dentro de las fuerzas del régimen sirio.

Las principales conclusiones del informe son las siguientes:

-Total de civiles muertos y heridos: el informe concluye que las actividades militares turcas, incluidos los ataques aéreos, el fuego de artillería y el uso de armas pequeñas, han causado importantes bajas civiles en las zonas controladas por las AANES, matando a 114 personas, e hiriendo a 348 desde 2020. Los autores señalan que estos resultados contradicen los compromisos internacionales y suponen un grave desafío para el bienestar y los derechos de los civiles.

-Impacto en mujeres y niños: los ataques han afectado a todos los segmentos de la población, incluidos los grupos más vulnerables. Los niños representan el 34 por ciento de las muertes de civiles y el 18 por ciento de las heridas causadas por los ataques turcos. Las mujeres constituyen el 21 por ciento de los muertos y casi el 11 por ciento de los heridos.

-Distribución geográfica: los ataques turcos se han concentrado en las provincias de Raqqa y Hasakah (Hesekê), dirigidos contra zonas densamente pobladas con gran presencia de civiles a lo largo de la frontera turco-siria.

-Crecimiento de ataques con drones: una revelación notable del informe es sobre el creciente uso por parte de Turquía de ataques con aviones no tripulados, que se esperaba fueran una alternativa menos letal a la artillería tradicional. El estudio destaca que, en lugar de proporcionar un enfoque más seguro, los drones han provocado un aumento constante de los daños a civiles.

El informe concluye que las acciones de Turquía contribuyen a la desestabilización de la región y obstaculizan la lucha contra el ISIS. Las operaciones de Turquía en el noreste de Siria agravan las crisis de desplazamiento y migración, afectando especialmente a las comunidades kurdas. Además, las actividades de Turquía refuerzan inadvertidamente a los adversarios de Estados Unidos, como el régimen de Bashar Al Assad, las milicias iraníes y Rusia, lo que socava los esfuerzos por estabilizar la región.

FUENTE: Medya News / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

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