Una bolsa de harina que se transformó en una panadería + Video

Los pueblos de Siria, en particular los kurdos, vivieron bajo la presión del régimen baazista durante años. En 2014, se enfrentaron al horrible rostro de la guerra cuando Daesh comenzó a atacar. A pesar de todo, el pueblo sirio ha acogido con satisfacción su nueva vida mientras reconstruye sus casas, ampliando su organización. Las mujeres, que han soportado el mayor peso de la guerra, han logrado participar en todos los ámbitos de la vida. İman Süleyman es una de estas mujeres.

Iman tuvo que huir de Deir Ezzor con sus cuatro hijos debido a los enfrentamientos entre el régimen baazista y Daesh, en 2017. Tuvieron que mudarse a la ciudad de Til Temir, al noreste de la ciudad de Hesekê.

“Nadie quiere dejar su tierra natal y emigrar a otros lugares. Esto no fue una elección sino una obligación para mí”, dijo İman mientras hablaba de cómo fueron desplazados por la fuerza a Til Temir.

“Aquí era seguro y había oportunidades para la educación de mis hijos, pero no había muchas oportunidades laborales para nosotros. Mi esposo y mis hijos tuvieron dificultades para encontrar trabajo. Me pregunté: ‘¿Por qué no debería trabajar?’, y decidí trabajar”, señaló İman.

La mujer contó que su hija se enfermó y tuvo que someterse a una cirugía, pero que no podían pagar los costos de la intervención: “Después de que decidí trabajar, compré una bolsa de harina para hacer pan. Cuando vi que la gente compraba mi pan, seguí haciéndolo. Mis vecinos me compraron pan para ayudarme. Pagué los costos de la cirugía de mi hija de esta manera”.

El Proyecto Económico para Mujeres apoyó a İman para abrir su propia panadería. “No quería hacer esto sola, realmente quería apoyar a las mujeres que me rodeaban –recordó-. Entonces, visité el Comité de Economía de Mujeres del Kongra Star y presenté mi proyecto. Mi proyecto fue aprobado pero la delegación del Proyecto Económico para Mujer me exigió realizar mi proyecto fuera de mi casa, en beneficio del público. Luego, abrimos nuestra panadería. A la gente le gusta el pan de semillas de apio”.

Hoy en día, tres mujeres trabajan en la panadería. “Hacemos pan para satisfacer las necesidades de la gente –aseguró Iman-. No usamos ninguna máquina. Amasamos y luego horneamos la masa. Nuestro objetivo es hacer otros productos como tartas, pasteles y galletas en tandoor. Estamos preparándonos para la fiesta del Ramadán. Como mujeres, podemos trabajar en todos los campos y en todas las condiciones. Podemos curar las heridas de la guerra con solidaridad”.

FUENTE: Sorgul Şexo / Jinha / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

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