Después de meses de protestas de parte de los seguidores de Muqtada Al-Sadr, en las que pedían un llamado a elecciones generales, el clérigo chií y una de las figuras más importantes de la vida política iraquí, anunció su “retiro definitivo”.
Inmediatamente, se desataron violentas protestas en las que partidarios de Al-Sadr tomaron el palacio presidencial en la llamada Zona Verde de Bagdad, la capital del país. Las fuerzas de represión del Estado contestaron con gas lacrimógeno y hubo disparos de armas de fuego, aunque ninguna fuente confirma quién los efectuó. El saldo es de al menos doce muertos y casi 300 de heridos.
“Yo había decidido no involucrarme en cuestiones políticas. Por lo tanto, anuncio ahora mi retirada definitiva”, escribió Al-Sadr en su cuenta oficial de Twitter, donde también afirmó que se cerrarán todas las “instituciones políticas” vinculadas al Movimiento Sadrista, con la excepción del mausoleo de su padre.
El país se encuentra desde hace más de 10 meses en un bloqueo parlamentario total, dado que las fuerzas chiíes que lo componen no logran un acuerdo para nombrar un primer ministro y formar un gobierno.
El anuncio del lunes se produjo dos días después de que Al Sadr dijera que “todos los partidos”, incluido el suyo, deberían renunciar a sus cargos en el gobierno para ayudar a resolver la crisis política, al tiempo que pidió a quienes “fueron parte del proceso político” desde la invasión del país liderada por Estados Unidos en 2003 que “no participen más”.
El Movimiento Sadrista fue el partido que más escaños obtuvo en las elecciones de octubre de 2021: 73 de los 239 en juego. Pero en junio, el líder ordenó a sus legisladores que renunciaran en masa tras no haber conseguido formar un gobierno de su elección, que habría excluido a poderosos rivales chiíes cercanos a Irán.
Ante el caos desatado, el presidente iraquí, Barham Saleh, se reunió con el primer ministro en funciones, Mustafá al-Kazemi, y con los dirigentes del Parlamento y del Poder Judicial para abordar la situación. El primer ministro exigió a Al-Sadr que actúe para contener la crisis y ordene a sus partidarios dejar las calles.
Por su parte, el clérigo inició una huelga de hambre “hasta que cese la violencia” en Irak, informó uno de sus portavoces.
El ejército iraquí declaró un toque de queda indefinido en todo el país que entró en vigor a las 19:00 hora local del lunes.
“Las fuerzas de seguridad afirman su responsabilidad de proteger las instituciones del gobierno, las misiones internacionales y las propiedades públicas y privadas”, afirmó un comunicado del Comando de Operaciones Conjuntas.
FUENTE: La Izquierda Diario
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