Abdullah Öcalan: una contribución para pensar la revolución en el siglo XXI

El pasado 15 de febrero se cumplieron diecisiete años del secuestro de Abdullah Öcalan, líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), organización fundada en 1978 en el sudeste de Turquía o Bakur (norte) para el pueblo kurdo, y cuyo fin era liberar el Kurdistán de los países que ocupan su territorio histórico (Turquía, Siria, Iraq e Irán)y fundar un Estado Kurdo.

El secuestro de Öcalan estuvo organizado por los servicios secretos de Estados Unidos, Israel y Turquía, quienes tomaron al líder kurdo en el trayecto de la embajada griega al aeropuerto de Nairobi (Kenia) y lo trasladaron inmediatamente a Turquía, violando con creces el derecho internacional y la convención de derechos humanos. Öcalan, tras salir de Siria en 1998 -país que había dado cobertura al PKK desde los años 1980, debido a la presión turca sobre el gobierno sirio para que este pare de “ayudar” al PKK-, se embarcó en un periplo político y diplomático que lo llevó por varios países de Europa hasta África.

Como una fuerte voz de protesta, miles de kurdos se movilizaron días atrás en diferentes países con el fin de recordar el secuestro de Öcalan y la delicada situación que vive la población kurda en la actualidad, azotada por la guerra en Siria e Iraq y la constante violación de derechos humanos en Turquía e Irán.

Öcalan, considerado por gran parte del pueblo kurdo como su legítimo líder, ha sobrevivido al cautiverio en Imrali, una prisión-isla ubicada en el mar del Mármara, al norte de Turquía, bajo duras condiciones y limitaciones de salud. Durante su encierro, consolidó el paradigma práctico del Confederalismo Democrático, luego de varios años de estudio de la sociedad kurda desde la antigüedad hasta nuestros días y de las tradiciones revolucionarias de la izquierda, como el marxismo y el anarquismo, llevándole a proponer una salida no estatal a la cuestión kurda en Oriente Medio. Esta idea, no exenta de críticas, ha vuelto a poner en debate en la izquierda contemporánea interrogantes polémicos hasta ahora no resueltos del todo, como el nacimiento del Estado, una nueva noción de sujeto revolucionario, la liberación de las mujeres, el rol del partido revolucionario y el liderazgo, etc., despertando gran interés en militantes, académicos y organizaciones de izquierda del mundo entero.

A continuación, expondré brevemente cada uno de estos elementos desde la perspectiva de Öcalan, no sin enfatizar que el líder kurdo antes que crear por sí mismo una nueva idea, no ha hecho más que sintetizarla sobre la práctica y las duras condiciones de dominación y opresión a las que el pueblo kurdo se ha enfrentado a lo largo de la historia en su búsqueda de libertad y justicia.

El nacimiento del Estado

A diferencia del economicismo marxista ortodoxo, que plantea el factor económico como el elemento que posibilita la emergencia del Estado, Öcalan asegura que el factor ideológico (religioso) fue el que ayudó el paso de aquellas sociedades naturales, organizadas sobre la fuerza colectiva de la comunidad, a las sociedades de culto, quienes funcionarían como proto-Estado al eliminar la “esencia comunitaria” de las sociedades naturales, sobre una división del trabajo centrada en el hombre. Para justificar su atrevida apuesta teórica, Öcalan se remite a las sociedades que habitaron el Kurdistán en el neolítico (11.000 antes de nuestra era), a las que el líder kurdo caracteriza como sociedades comunitarias centradas en la mujer (1), en las que ésta disponía armoniosamente sobre lo económico, la medicina, lo religioso, etc. El hombre fuerte, en alianza con el hombre sabio y el proto-sacerdote, quienes “codician” el lugar de la mujer en la sociedad natural, desplaza y reduce a ésta al ámbito de lo doméstico mediante la violencia. El Estado, según Öcalan, nace sobre un complicado a intrincado proceso de dominación de las mujeres, sobre una base ideológica (religiosa) de sometimiento; primero será el paso de las sociedades naturales a las sociedades de culto, proceso que Öcalan denomina primera ruptura sexual, y luego el surgimiento de las religiones monoteístas, una segunda ruptura sexual, según Öcalan.

Una nueva noción de sujeto revolucionario

Las mujeres al ser el sujeto (dominado y oprimido) sobre el cual el Estado se organizó, representan para Öcalan el sujeto revolucionario por excelencia. El pensamiento sintetizado por el líder kurdo, además de ser un innovador enfoque para explicar el surgimiento del Estado, es también una táctica anti-estatista profundamente femenina, puesto que la creación de un Estado (como lo propone el marxismo ortodoxo) no sería sino nuevamente organizar una maquinaria de dominación sobre las mujeres. Al ser las mujeres los sujetos sobre los que el capitalismo y el patriarcado caen con mayor peso (trabajo doméstico y maternidad naturalizadas, precariedad laboral, etc.), adquieren una rol dirigente y central, superior al del proletariado; es por ello que Öcalan habla de que la revolución será femenina o no será.

La liberación de las mujeres

Según las ideas de Öcalan, las mujeres no tienen un rol en la revolución, son la revolución. Los hombres deben aprender a “pensar como mujeres” y a eliminar al “macho dominante”, es decir, el Estado que llevan dentro. Sin duda, este es uno de los elementos más destacados en el pensamiento de Öcalan, y que gracias a su irradiación en el Movimiento de Mujeres del Kurdistán, ha facilitado enormemente que ahora la revolución en el Kurdistán sea fundamentalmente organizada sobre una base femenina, pese a la oposición de sectores patriarcales dentro del mismo Movimiento de Liberación Kurdo (2). Las mujeres no están ocupando únicamente lugares claves en las organizaciones de autodefensa (las Unidades de Protección Femenina en Siria, por ejemplo), también lo hacen (mayoritariamente) en organizaciones civiles, partidos políticos, cooperativas, etc.

El rol del partido y el liderazgo

Contrariamente al rol dirigente del partido, atribuido al marxismo ortodoxo principalmente, las ideas de Öcalan sugieren que el partido debe transformarse en un movimiento político social. Cuando los kurdos en Turquía gritan “el PKK es el pueblo, y el pueblo está aquí”, están retratando la transformación del PKK de aparato marxista leninista a un movimiento político social transnacional y transfronterizo; proceso en el que incluso la figura del líder  ha sido sobrepasada por la efervescencia y la creatividad popular. No obstante, el partido aún conserva un rol importante y aglutinador en el Movimiento de Liberación Kurdo.

El pensamiento de Öcalan, aún desconocido por gran parte de la izquierda de habla castellana debido a las pocas traducciones disponibles, resulta tan atractivo como útil para plantear respuestas necesarias a la crisis que atraviesa la izquierda mundial, ahogada aún en el estatismo, el patriarcado, el culto a la personalidad, etc. Öcalan, sabiéndolo o no, ha aportado con estos (de otros tantos) importantes elementos aquí brevemente descritos, su pensamiento y práctica no puede ser estudiada o valorada desde los altares de la “ideas sagradas” y la “pureza ideológica”, pues pertenecen al mundo de la práctica cotidiana en la que su pueblo se curte una y otra vez, contra lo aparentemente imposible.

Notas:

(1) Lejos de ser una piesta escencialista, el rol de las mujeres ha sido un rasgo común en sociedades agrarias. Por ejemplo, en los Andes y cercanías gran parte de sociedades pre incaicas comparten los rasgos comunitarios y la centralidad de la mujeres atribuida por Öcalan a los pueblos que habitaron parte de lo que hoy conocemos como Kurdistán.

(2) Con Movimiento de Liberación Kurdo me refiero al sinnúmero de organizaciones que simpatizan y ponen en práctica las ideas sintetizadas por Öcalan y que se distancian de otros líderes y organizaciones kurdas.

FUENTE: Carlos Pazmiño/Kurdistán América Latina