Actualización de la situación en la región del Kurdistán de Irak

La presencia del ejército turco en la región del Kurdistán de Irak (Bashur) se remonta a la década de 1990, cuando llegaron como fuerzas de mantenimiento de la paz durante la guerra civil entre el Partido Democrático del Kurdistán (PDK) y la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK). Pero tras la invasión estadounidense de Irak en 2003, pasaron de pacificadores a agresores. Los parlamentos tanto del GRK (Gobierno Regional de Kurdistán) como de Irak han pedido su expulsión del país, pero Turquía no ha hecho más que aumentar su presencia militar, alegando su guerra contra el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).

En la actualidad, Turquía tiene alrededor de 65 bases militares y cuarteles generales dentro de territorios iraquíes. Todos ellos se encuentran en la zona del GRK, controlado por el PDK. La presencia turca en Irak se ha convertido en una cuestión política clave entre Irak y Turquía, y en un enorme problema de seguridad para la población de la región de Kurdistán.

Según la ONG local Community Peacemaker Teams (CPT), en las dos primeras semanas de agosto de 2023 se han producido al menos 50 bombardeos en todo el Kurdistán iraquí, principalmente en zonas muy transitadas y frecuentadas por civiles. Al menos cinco civiles han muerto y uno ha resultado herido.

Otro informe conjunto liderado por la Campaña para Poner Fin a los Bombardeos Transfronterizos (ECBBC, por sus siglas en inglés) ha revelado que entre 18 y 20 civiles, incluidos seis niños, murieron, y entre 57 y 58 civiles resultaron heridos en 11 ataques llevados a cabo por las Fuerzas Armadas Turcas (TAF) en el norte de Irak durante 2022.Los incidentes registrados en 2022 han elevado el recuento total a al menos 97 incidentes, en los que las TAF han matado entre 113 y 140, y herido entre 187 y 215 civiles y no beligerantes en zonas fronterizas de la Región del Kurdistán de Irak con Turquía e Irán desde 2015.

Desde 2015, los persistentes asaltos con drones y las campañas militares de Turquía en la región han provocado la evacuación de más de 200 aldeas, y otras 600 se han visto afectadas negativamente. Además, se ha producido una importante degradación medioambiental, caracterizada por la quema y deforestación intencionadas de las regiones montañosas del Kurdistán central.

Esta agresión militar no sólo ha socavado la agricultura y el turismo en las regiones fronterizas, sino que también ha exacerbado las divisiones dentro de la política y la sociedad kurdas, por supuesto un objetivo clave del Estado turco. En concreto, las maniobras del Estado turco han agudizado las tensiones entre el PKK y el PDK hasta tal punto que se cierne sobre ellos el espectro de un conflicto civil, algo profundamente indeseado dentro de la comunidad kurda en general.

FUENTE: Kamal Chomani / Kurdish Peace Institute / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

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