Agir, es un combatiente internacionalista de las Unidades de Defensa del Pueblo (YPG), nacido en América. Agir habló con la agencia de noticias ANF sobre el impacto de la Revolución de Rojava, la actualidad en esa región atacada por el Estado turco, y la vigencia del pensamiento de Abdullah Öcalan.
-¿Cómo supo de Rojava?
-La primera vez que oí hablar de Rojava fue durante la guerra de Kobanê y seguí en las noticias el desarrollo de la lucha contra ISIS. Así, poco a poco, fui comprendiendo lo que ocurría y por qué luchaban las YPG y las YPJ (Unidades de Defensa de las Mujeres).
-¿Cuáles son sus impresiones de Rojava?
-Durante el tiempo que llevo aquí, he ido comprendiendo mejor la situación sobre el terreno, concretamente cómo vive la gente y qué significa estar aquí, algo que es muy difícil de entender desde fuera.
Hay muchos problemas, especialmente en lo que se refiere a todas las necesidades y condiciones impuestas por la guerra, que se interponen en el camino del desarrollo. La mayor parte del presupuesto de la Administración Autónoma (AANES) se destina al esfuerzo bélico. Y este es un problema que debe ser afrontado por la comunidad internacional. El reconocimiento oficial de la AANES, el cese de los atentados y amenazas terroristas, y la declaración de toda la región como una zona de exclusión aérea pueden contribuir a la estabilidad y la paz. También es hora de que todos los países recuperen a los combatientes extranjeros del ISIS que están encarcelados para que puedan ser juzgados y condenados.
Y a pesar de todo esto, a pesar de que el cambio lleva tiempo, en sólo 10 años la sociedad del norte y el este de Siria ha alcanzado un punto de no retorno. Estamos acostumbrados a ver a Oriente Medio consumido por las divisiones internas entre tribus, grupos étnicos y religiones, pero aquí la tendencia va en la dirección contraria, y estamos viendo que la tolerancia y la inclusión se pueden conseguir, si se quiere. Estamos muy acostumbrados a escuchar terribles estadísticas sobre la violencia y la desigualdad contra las mujeres, pero aquí, a pesar de que la cuestión de género está lejos de estar definitivamente superada, cada día hay más mujeres que ocupan el lugar que desean en la sociedad: en la cultura, en la política, en el ejército, en la economía, en la ciencia, en la medicina, en el deporte, etc. Y cuando digo ocupar un lugar, no me refiero a integrarse en un sistema masculino existente, sino a crear sus propias estructuras. Y esto tiene una enorme diferencia y un impacto inimaginable, no sólo para las mujeres, sino también para los hombres. Si perdemos el miedo a la autonomía y a la libertad de las mujeres, también puede aumentar nuestra propia posibilidad de libertad.
-¿Qué opina sobre la ideología de Rojava?
-Creo que las ideas de Rojava son necesarias e importantes en este momento para Oriente Medio, pero también en un sentido más general para todo el mundo. Perseguir un verdadero sistema democrático que parta de la base del pueblo, con la inclusión de todas las etnias y religiones, y no de la asimilación bajo la falsa bandera del multiculturalismo; la liberación y la autonomía de las mujeres, así como la búsqueda de otro tipo de masculinidad; y la necesidad de buscar el equilibrio ecológico con la tierra, es algo que siento profundamente y que habla a mis tierras y a mí mismo.
-¿Cuál es el valor de la ideología de Abdullah Öcalan para el mundo?
-Abdullah Öcalan dijo una vez que el Kurdistán podría ser como el horno del cambio global. Y esto es realmente cierto, especialmente cuando pensamos en todos los miles de personas que pasaron por Rojava procedentes de todos los continentes.
Hasta ahora, hemos visto cómo Rojava defendió al mundo contra ISIS y cómo el mundo vino a ver Rojava. Ahora es el momento de que esta experiencia se expanda y se extienda por todo el mundo, y creo que estamos ganando más madurez para entender cómo realizar este proceso y que poco a poco pueda ser más fuerte y consistente.
Así que el valor del paradigma de Öcalan, creo, radica en este patrón de seguir avanzando por el camino que nos está mostrando, para cruzarlo con otros caminos que van en paralelo ampliando sus ideas, no como si fuera un intelectual hablando con otros, sino para ponerlo dentro de una dimensión colectiva.
-¿Qué puede hacer la gente de su país ante la conspiración internacional contra Öcalan?
-Creo que no hay mucho que podamos hacer para presionar y conseguir la libertad de Öcalan y apoyar un proceso de paz en el Kurdistán. Estamos muy lejos en sentido geográfico, pero también en la periferia de la geopolítica.
Si quieren silenciar la voz de Öcalan y de los kurdos, no podemos quedarnos de brazos cruzados y tenemos que hacer todo lo posible para multiplicar esta voz, con el fin de hacer fracasar la razón estructural de su encarcelamiento.
-¿Cuál es el significado del 9 de octubre?
-El 9 de octubre marca el día en que el Che Guevara fue asesinado. Este día, también marca el comienzo de la conspiración internacional contra Abdullah Öcalan. En este sentido, es importante no olvidar nunca que todo está globalmente ligado. Pero también hay que relacionar estos acontecimientos con lo que hoy es el creciente impacto del pensamiento de Öcalan en muchos lugares del mundo, donde crece el sentimiento de la necesidad de una alternativa a un mundo que parece que se va a acabar en las próximas décadas. Así que esta fecha es como un llamado a todo el mundo para que no sólo trate de entender y aprender las ideas de Öcalan y otros, como Murray Bookchin, sino también para hacer más y desarrollar su paradigma para un mundo nuevo y sostenible.
Además, en este mismo día, en 2019, hubo una ofensiva contra Serêkaniye y Gire Spî que resultó en una corta pero pesada guerra de 10 días. En ese momento, los internacionalistas marcaron su compromiso y solidaridad en el campo, haciendo trabajo médico y dando mártires.
-¿Hay algo más que quiera añadir?
-Quiero enviar un gran abrazo a todos los que están leyendo esto. También quiero honrar la memoria de todas las personas que sacrificaron sus vidas para construir un mundo mejor.
Vivimos en una época en la que parece que la guerra es nuestra realidad y destino constantes, que la guerra es nuestra realidad ineludible. La guerra es un gran desperdicio. Un desperdicio de vidas, de recursos, de inteligencia, de tiempo… un desperdicio de todo. Y hemos llegado a un momento en el que la humanidad no podrá seguir viviendo en este mundo si no hay un cambio profundo en el rumbo que hemos tomado en los últimos milenios. Así que perdamos el miedo y al menos intentemos hacer algo, juntos.
FUENTE: Dilxwaz Cekdar / ANF / Edición: Kurdistán América Latina
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