París y el balance de 10 años

La levadura de nuestra lucha por la vida es la verdad de Sakine Cansız, de Dersim a París. Nos enseñó a romper rutinas familiares, a caminar sin vacilar y sin rendirnos. Estamos agradecidos por la conciencia que su espíritu revolucionario ha creado en nosotras.

Sara, Rojbîn, Ronahî… Recordando vuestros nombres, seguimos gritando por la libertad, como vosotras. Porque sois la palabra de nuestra lucha. Resistimos al fascismo masculino de Estado con la postura decidida que nos legasteis. Gritamos que no perdonaremos, que no nos arrodillaremos, que les pediremos cuentas. Sois la luz de nuestra lucha.

Os echamos de menos; los claveles son ahora el símbolo de nuestra añoranza. Todas las veces que os echamos de menos, recogemos claveles junto a nuestra lucha. Os abrazamos fuerte y os besamos y os olemos como si fuerais vosotras en nuestra añoranza acumulada. Dejamos manojos de todos los colores donde os dispararon. Recogemos todos los colores que representaban vuestra alma. Sólo dejamos el negro. Y eso quedó para París. Desatamos nuestra ira y nuestra rabia ciudad por ciudad, calle por calle. Ahhh, París…

Han pasado 10 años. El tirador murió, el expediente se cerró calificándolo de «secreto de estado». No se revelaron los verdaderos autores, nadie rindió cuentas ante la «justicia» y nadie fue juzgado. Sin embargo, nunca hemos dudado de quién era el autor, el asesino. No nos creímos las mentiras que se inventaron, los perfiles de los tiradores que se dibujaron y dijeron «fue una casualidad que le encontraran». Cientos de miles gritamos su nombre, dijimos que era el Estado turco fascista genocida, enemigo de los kurdos, asesino de mujeres y niños. Exigimos que el derecho y la justicia europeos, que tanto se alaba, se manifiesten para los kurdos, aunque sólo sea una vez. Sí, han pasado 10 años. Si hay algo que no ha cambiado en este tiempo es que Europa no aplica su propia ley por interés propio.
¿Qué ha cambiado para los kurdos? ¿Qué han hecho los kurdos en estos 10 años? Las marchas y concentraciones celebradas en Francia el 7 de enero lo resumieron para todos, amigos y enemigos.

Kurdos de las cuatro partes del Kurdistán, feministas, activistas, diputados electos del Movimiento de la Izquierda Radical Francesa, del Partido Comunista Francés, del Partido Verde, miembros de la Asociación Francesa de Amistad Kurda y alcaldes de diferentes pueblos que creen en la lucha por la libertad dirigida por la camarada Sakine Cansız marcharon con los kurdos. Se portaron carteles de Sara, Rojbîn, Ronahî, Evîn, Mîr Perwer, Abdurrahman Kızıl, Jîna Amînî, el líder Öcalan y banderas del PKK. El espíritu de la legendaria pionera camarada Sakine, que soplaba los vientos de la revolución a cada paso que daba, encabezaba la marcha. Por eso nadie se anduvo con rodeos. Exigieron el levantamiento del «secreto de estado» sobre la masacre, la libertad de Reber Öcalan, la retirada del PKK de la lista de organizaciones prohibidas, la investigación de las fuerzas que están detrás de la segunda masacre de París, las conexiones políticas que hay detrás del autor de los disparos y justicia. Se gritó JIN JÎYAN AZADÎ, el lema de la resistencia, que es el lema de la época y que abrirá las puertas de la libertad a todas las mujeres del mundo y a los derechos de los oprimidos.

Había más rabia, solidaridad y una lucha que crecía exponencialmente y se hacía más organizada. Había una masa que traspasaba fronteras, se hacía universal y exigía libertad, igualdad y justicia para todos, y estaba decidida a iluminar todas las tinieblas con la luz de la creencia en la libertad de la camarada Sara. Había amigos kurdos que veían la lucha por la libertad llevada a cabo por las mujeres kurdas de Rojava a Rojhilat como una esperanza para ellos mismos, que, a pesar del pesimismo creado por la coyuntura actual, no pensaban que estaban a cero con la resistencia desarrollada por las mujeres kurdas; y había miles de ellos. Nos contaban cuántos kurdos se han multiplicado y que ya no están solos. Nos contaban cómo el liderazgo de los kurdos y las kurdas en la lucha por la libertad expresa un dinamismo en la democratización de Oriente Medio, y que por eso seguirán resistiendo junto con los kurdos por un mundo más igualitario y libre. Cuando miramos al 7 de enero, también emerge la verdad de los últimos 10 años. En resumen, los cálculos de los asesinos y genocidas no funcionaron ni funcionarán. El dolor es insoportable, pero también nos da fuerzas. Cada día que pasa sin que los asesinos y genocidas rindan cuentas hace crecer aún más nuestra rabia. Nos permite elevar aún más nuestra lucha y, lo que es más importante, nos une más que nunca.

La levadura de nuestra lucha por la vida es la verdad de Sakine Cansız, de Dersim a París. Nos enseñó a romper rutinas familiares, a caminar sin vacilar y sin rendirnos. Estamos agradecidos por la conciencia, la fuerza, la voluntad y la organización que su espíritu revolucionario ha creado en nosotras. Recuerdo a Sara, Rojbîn, Ronahî, Evîn, Mîr Perwer y Abdurrahman Kızıl con gratitud, infinito respeto, amor y cariño.

Fuente: Yeni Ozgur Politika – Rojbin EKIN – Traducido por Rojava Azadi Madrid

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