¿Qué es un país?

Un país es en la práctica un sinónimo de Estado o de Estado nación, o un territorio delimitado con una población estable y permanente que aspira a serlo. Se trata de un concepto antiguo, cuyo significado ha variado a lo largo del tiempo. La palabra proviene del latín pagus (“pueblo”) o pagensis (“paisano”), raíces similares a las de otros términos relacionados con el territorio, como “paisaje”. Como realidad política, se extendió en el último siglo a raíz de los procesos de descolonización.

Para que un país sea un Estado debe tener una población estable y permanente y un territorio delimitado, pero también un gobierno soberano y que este último ejerza el monopolio de la violencia. Es decir, la capacidad de imponer el orden social en torno a unas reglas. Además, tiene que contar con un reconocimiento internacional extendido. Todos los Estados del mundo son países; por eso se suelen usar los dos términos de forma indistinta. Sin embargo, no todos los países del mundo son Estados, como las regiones con movimientos independentistas o los que no tienen un reconocimiento internacional.

Reino Unido, cuatro países

El mejor ejemplo para entender la diferencia entre país y Estado es el Reino Unido. El Reino Unido es un Estado conformado por cuatro países distintos: Escocia, Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte. Todos ellos cuentan con un territorio delimitado en las islas de Gran Bretaña e Irlanda, y una población con una identidad cultural y política compartida, pero están subordinados a las instituciones de Londres. Escoceses, galeses, ingleses y norirlandeses son, al mismo tiempo, nacionales de sus países y ciudadanos británicos. En Escocia e Irlanda del Norte existen movimientos independentistas que buscan que sus países se conviertan en Estados autónomos del Reino Unido. Escocia lo intentó con un referéndum en 2014, en el que el 55,3% de los votos fueron en contra de la independencia y un 44,7% a favor.

En buena parte de los Estados del mundo existen movimientos independentistas. Europa es prueba de ello: algunos ejemplos son Cerdeña y el Véneto en Italia, Córcega y Bretaña en Francia, Baviera en Alemania o el País Vasco, Galicia y Cataluña en España. Para independizarse, estos territorios pueden optar por una fórmula pactada, como el referéndum, lo cual les da mayor legitimidad, o por declararse independientes y esperar a que otros países los reconozcan. Esto último no siempre se consigue, o no de forma completa, lo cual hace que algunos países funcionen como Estados independientes sólo de facto. Kosovo, Taiwán o Somalilandia son algunos casos conocidos. De hecho, pese a carecer de reconocimiento internacional, Somalilandia es más estable que Somalia, el Estado del que se declaró independiente en 1991. 

Kurdos y baluches: los pueblos sin Estado

Una nación no es suficiente para conformar un Estado y, por tanto, un país. Pero sí suele ser el paso previo a que estos existan. Las comunidades humanas con una identidad cultural o política común tenderán a organizarse en instituciones de gobierno y delimitando su territorio. El nacionalismo apela precisamente a la noción de que a cada nación le corresponde un Estado. No obstante, esto no siempre se cumple. Hay países que albergan diversas naciones, etnias o religiones y funcionan como un Estado unido, y naciones presentes en distintos Estados reconocidos que no reúnen las características para ser un país.

Es el caso de los kurdos y los baluches. Los kurdos son la etnia sin Estado más numerosa del mundo. Presentes en Irán, Irak, Turquía, Armenia y Azerbaiyán, reclaman el Estado del Kurdistán. Sin embargo, pese a las propuestas que se trazaron tras la Primera Guerra Mundial, su territorio no está delimitado. Tampoco tienen un gobierno común, sino autoridades en cada Estado, ni reconocimiento internacional. Son un actor importante en la política iraquí, iraní o turca. De hecho, en Turquía el Partido de los Trabajadores de Kurdistán es considerado grupo terrorista. Algo parecido ocurre con los baluches, un pueblo repartido entre Afganistán, Pakistán e Irán que reclama el Estado de Baluchistán. Sus reclamaciones y los ataques de sus milicias son fuente de tensiones fronterizas entre los gobiernos iraní, pakistaní y afgano.

FUENTE: Alba Leiva / El Orden Mundial

Be the first to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published.


*