El enfoque pedagógico emancipador de las mujeres con Jineolojî

Consideramos la educación como un proceso continuo que se extiende a todos los ámbitos de la vida, más allá de una actividad cuya duración y forma están determinadas. En consecuencia, las acciones formativas de Jineolojî conducen a la formación de una nueva perspectiva en todos los ámbitos a los que llega, y estas formaciones pretenden resolver los problemas básicos que afectan a la vida de las personas y a las luchas revolucionarias.

La educación es un trabajo de mujeres en su dimensión actual e histórica, y al mismo tiempo, es el deber vital más fundamental de la sociedad. Afirmamos esto como mujeres de una sociedad que ha sufrido profundamente el dolor provocado por los Estados y los hombres soberanos que nos arrebatan esta responsabilidad vital básica. Antes de explicar nuestros enfoques pedagógicos, métodos educativos, planes de estudio y cómo se configuran nuestras academias en el ámbito de Jineolojî, tenemos que hablar un poco de la realidad social de Kurdistán. Porque toda sociedad necesita una educación en la que sus miembros puedan sentirse identificados y tener significación, sostener sus vidas, para defenderse y vivir libremente dentro de sus realidades culturales y sociales. Para los géneros, los pueblos, las clases y las sociedades colonizadas, la educación es uno de los principales ámbitos de la lucha por la existencia, frente a la no existencia. Los pueblos que han vivido en la media luna fértil o Mesopotamia durante miles de años -y el kurdo es uno de ellos- tienen su propio sistema educativo. Los kurdos son uno de los pueblos arios de la región, conocidos como hurritas, mittani, medos, kardukis, etc., y han vivido siempre en el mismo territorio hasta hoy. La educación, que ha sido una actividad social desde mucho antes de la aparición del Estado, ha desempeñado un papel importante en la preparación del individuo para la vida social kurda como en muchas otras sociedades. Se desarrolla mediante métodos que permiten al individuo forjarse una personalidad que le habilita para participar libremente en la sociedad.

Encontramos huellas de ello en los significados etimológicos de las palabras kurdas perwerde, que significa educación, y fêrbûn, hînbun, hobûn, que significan aprendizaje. La palabra perwerde procede de una raíz asociada a dar alas, preparar el vuelo y también al amor. El sufijo bûn al final de la palabra expresa formación. Esta raíz conceptual muestra que la educación no se maneja con un enfoque que dicta y moldea. Un enfoque educativo que moviliza el potencial interior del individuo es la perspectiva pedagógica de la antigua cultura de estas tierras. La educación se define como un proceso de formación que permite al individuo valerse por sí mismo y “volar”.

En el zoroastrismo, el sistema de creencias más antiguo de los kurdos, los niños se preparan para la vida social con las ceremonias en la adolescencia llamadas navjota, y se someten a una rigurosa educación antes de estas ceremonias. En la actualidad, los sistemas de creencias de los kurdos yaresan, kakai, zoroastrianos, yazidíes y alevíes contienen vestigios de los métodos de educación de estas épocas antiguas. Cada familia e individuo tiene un maestro llamado “pîr”, que les enseña conocimientos religiosos y de la vida. Se trata de un guía y no de un estrato jerárquico. Se trata de una relación que dura toda la vida. En determinados momentos del año, los individuos pasan por un proceso de crítica y autocrítica ante sus propias comunidades en ceremonias llamadas cem, sema o daraçekme. Esta es también una forma de establecer el vínculo con el conocimiento y la existencia. Su objetivo es dotar a las personas de una filosofía de vida. De hecho, el enfoque filosófico de estas creencias se caracteriza por el amor a la humanidad, la naturaleza y los valores de la vida en común. Debido a las masacres y persecuciones, los pensamientos filosóficos de estas comunidades perviven a través de la música y los relatos, pero no pueden transformarse en instituciones educativas modernas.

En las comunidades yazidí, qewller, aleví, yaresa y kakai, los poemas de contenido filosófico llamados gulbang o deyish, interpretados con música, cumplen esta función. Especialmente en las comunidades yaresas, hay decenas de mujeres poetas que recitan estos poemas. Sin embargo, hoy en día se han convertido en rituales más que en contenidos educativos que responden a necesidades sociales, y han perdido en gran medida su función y propósito originales. Entre los kurdos pertenecientes a las sectas Hanafi y Shafi’i, las madrasas han cumplido esta función. Las madrasas que impartían educación en kurdo contribuyeron en gran medida al desarrollo de la lengua y la literatura kurdas. En estas madrasas también se enseñaba filosofía, historia y literatura. Un número muy limitado de mujeres tuvo la oportunidad de estudiar en estas instituciones. Pero, en general, salvo la clase aristocrática, no se enviaba a las mujeres a la escuela en Kurdistán. Debido al estatus colonial de Kurdistán, la experiencia y las instituciones educativas propias de la sociedad fueron denigradas, y la comunidad kurda quedó retratada como una sociedad ignorante, que necesitaba ser educada y civilizada.

En los dos últimos siglos, la educación para los kurdos ha adquirido un significado opuesto al etimológico del concepto. La educación de carácter colonial se ha convertido casi en una herramienta para que los kurdos “dejen de ser ellos mismos”. En Kurdistán, dividido en cuatro partes, los niños no reciben educación en su lengua materna, sino que pasan por procesos educativos que les inculcan el nacionalismo árabe, persa y turco. Durante décadas, los niños kurdos se han visto traumatizados por escuelas en las que se ignora la lengua materna y la identidad que hablan y viven en casa. Asimilados en estas escuelas mediante la turquificación, la persanización o la arabización, los niños son alienados de su propia sociedad, olvidan su lengua y son condenados a la pérdida de su identidad. Como a las mujeres no se les permite estudiar ni trabajar debido a las tradiciones feudales patriarcales, se les priva del derecho a la educación. Esta situación ha provocado su opresión dentro de la familia y la sociedad. Sin embargo, también ha impedido que sean asimiladas en las instituciones coloniales y ha llevado a las mujeres kurdas a convertirse en protectoras de su lengua materna y de la cultura kurda.

Sin cuestionar el colonialismo, los movimientos de mujeres liberales colaboraron con el Estado para garantizar que las mujeres kurdas pudieran leer mediante diversas campañas. Los niños kurdos, y las niñas en particular, fueron separados a la fuerza de sus familias en algunas regiones y asimilados al ser educados en internados regionales en diferentes ciudades.

A pesar de todo, los jóvenes que pudieron estudiar reconocieron el colonialismo y el capitalismo por medio de la influencia de los movimientos revolucionarios mundiales y se dieron cuenta de que Kurdistán también era una colonia. Con la influencia del movimiento juvenil de 1968, el PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán), surgido del ámbito universitario, y su líder Abdullah Öcalan, hicieron de la educación la labor revolucionaria más fundamental. Sus actividades, que comenzaron con la lectura y análisis de libros en las casas-comunas estudiantiles y la transformación de estas discusiones en obras escritas, han revelado el modelo de academia que determina el actual enfoque educativo del movimiento por la libertad de Kurdistán, así como de Jineolojî.

Comenzando con la formación militar, política y filosófica en los campamentos de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), y luego en la Academia de Damasco durante décadas, estas actividades revelaron un enfoque pedagógico y un modelo de academia únicos. En estas academias se formaron miles de personas. En todos los ámbitos, desde los campamentos de la guerrilla, las comunas de estudiantes y trabajadores, los barrios y los pueblos hasta los entornos académicos, se ha tomado como base el enfoque pedagógico basado en esta experiencia. Se crearon academias en todas las zonas donde el movimiento por la libertad de Kurdistán era efectivo. Estas academias siguen realizando una labor educativa ininterrumpida.

Desde 2004, el modelo de organización del movimiento por la libertad de Kurdistán es la estructura confederal democrática. Este sistema se basa en comunas, asambleas, academias y cooperativas. En este sentido, la cultura y las artes, la autodefensa, las mujeres, la juventud, la economía, la política y todos los campos que se puedan imaginar tienen su propia academia. Con los 10 años de revolución de Rojava, decenas de academias en el norte y el este de Siria llevan a cabo una labor educativa ininterrumpida. En estas academias se llevan a cabo actividades educativas institucionalizadas en todos los campos, desde la política hasta la autodefensa, desde la liberación de la mujer hasta la economía, desde la cultura y las artes hasta los estudios de prensa.

Se ha desarrollado un sistema de formación más especializado para las mujeres. En estas formaciones, que se definen como “educación autónoma”, las mujeres se educan a sí mismas y entre sí. Estas formaciones tienen un papel muy importante en la eliminación de los efectos sociológicos-psicológicos de la sociedad sexista y de las tradiciones patriarcales sobre las mujeres, así como en la capacitación y empoderamiento de las mujeres para construir y dirigir sus propios espacios. Las formaciones autónomas han desempeñado un papel de empoderar-las en el desarrollo de la fuerza del pensamiento, en la adquisición de confianza en sí mismas, en un intercambio y análisis de las experiencias vitales sin presiones y en el establecimiento de lazos de camaradería entre las mujeres.

También se organizan “formaciones autónomas” para hombres, pero estas formaciones son impartidas por mujeres. Desde hace años, cursos de género, historia de la liberación de la mujer y Jineolojî son impartidos íntegramente por mujeres. El trabajo de análisis de las experiencias vitales de los hombres y de aportación de perspectivas también lo llevan a cabo comisiones de cursos formadas por mujeres. Estas clases se imparten sobre la base del programa de Abdullah Öcalan de 1996 para acabar con la masculinidad dominante y el proyecto del movimiento de liberación de las mujeres de Kurdistán de transformar a los hombres. Los objetivos de estos cursos son la democratización de la familia, la eliminación de palabras y comportamientos sexistas y el desarrollo de relaciones filosóficas, científicas, igualitarias y libertarias entre hombres y mujeres.

El enfoque pedagógico alternativo de Jineolojî se basa principalmente en esta experiencia de casi 50 años. Enriquecido por las experiencias de los movimientos de liberación de las mujeres y los enfoques pedagógicos basados en los análisis sobre el colonialismo, se transforma progresivamente en una teoría y una práctica pedagógicas liberadoras de las mujeres en todos los ámbitos. Las similitudes entre las mujeres y los pueblos y comunidades colonizados hacen necesario este enfoque pedagógico. Desde hace unos ocho años, se llevan a cabo en todo el mundo, en el ámbito de Jineolojî, campamentos de formación, talleres de debate, circuitos de academias, seminarios, talleres y actividades pedagógicas en grupo. También se organizan formaciones mixtas, en formato no mixto para mujeres y no mixto para hombres. Los temas y métodos elegidos se determinan en función de las necesidades de la composición del grupo. Después de cada trabajo de formación, se recogen las opiniones sobre el contenido y el método de la formación, se comparten con la academia de Jineolojî y se desarrollan los estudios según las necesidades de la realidad sociológica.

Llegados a este punto, y para tratar de expresarnos de forma más concreta, a continuación se exponen algunas de las cuestiones a las que nuestro enfoque pedagógico quiere dar solución:

1- El objetivo de la educación es permitir que el individuo y la comunidad se conviertan en xwebûn. El concepto de xwebûn requiere una conexión entre la existencia y la conciencia. Mientras que la geografía en la que vivimos, la realidad cultural y social en la que nos conformamos es una cara de nuestra existencia, la otra cara es la destrucción, la asimilación y el expolio causados por las ideologías del poder. En este sentido, el aprendizaje de nuestra realidad histórica sociológica es esencial en nuestro enfoque pedagógico. Al conocer la realidad social kurda, tenemos la oportunidad de actualizar el conocimiento de nuestra realidad social, así como las huellas coloniales dominantes en nuestras personalidades. Lo mismo ocurre con las mujeres. Descubrimos la trayectoria de la existencia de las mujeres, su sabiduría histórica, su sensibilidad ecológica y su resistencia, así como su explotación por la ideología sexista del poder, el sistema patriarcal y el capitalismo. Al establecer esta conexión entre existencia y conciencia, nuestras acciones formativas cumplen el principio de “conócete a ti misma” de los antiguos sabios.

2- En las formaciones establecemos la conexión entre el conocimiento y la vida con el método que llamamos “análisis” (turco: çözümleme). En el contexto de un tema, en el que a la persona le interfiere el asunto tratado, se cuestiona de forma colectiva cómo aplica estos conocimientos en su vida o por qué no los aplica. Por ejemplo, cuando se discute sobre el género, se pide al individuo que ponga ejemplos de su infancia o de su vida actual, para hacer análisis, que luego se transforman en preguntas y perspectivas para el individuo aportadas por parte del conjunto del grupo. En el ámbito educativo, el comportamiento también puede ser objeto de estos análisis. En una lección sobre género, un hombre se cuestiona las razones por las que subestima a las mujeres y recurre a la violencia. Una mujer revela las razones por las que se considera inadecuada y espera que los hombres la protejan. Esto también contribuye a la socialización, la empatía, el conocimiento mutuo y la transformación. En todas las academias se realizan también actividades deportivas, artísticas, de alfabetización o diferentes formaciones técnicas.

3- El lugar, el instructor y la composición de la formación se determinan en función de las necesidades y posibilidades. La perspectiva de todas las actividades educativas es la academia, porque esta es una forma de educación más flexible en términos de duración, composición y espacio. A veces bajo un árbol, en el jardín de una casa, a veces en un campus universitario, en una tienda de campaña para refugiados, bajo una roca en una montaña o en el almacén de un edificio. El espacio de formación suele prepararse de forma colectiva. No hay cocineros, limpiadores, directores, secretarios o guardias de seguridad. Los individuos o grupos de individuos en el recinto de formación se turnan cada día para cumplir estas tareas. El éxito o el fracaso en el cumplimiento de estas tareas también se evalúa en la formación. ¿Es una persona irresponsable?, ¿es arbitraria?, ¿es egoísta?, ¿resulta perjudicial?, ¿es restauradora?, ¿creativa?, ¿democrática? La mayoría de las veces, los resultados que surgen en la realización de estas tareas vitales revelan más la realidad que las autoevaluaciones en la formación. Los formadores pueden ser de dentro o de fuera del equipo educativo. Sin embargo, en el caso de una persona externa, dos personas de la academia también enseñan junto a este instructor. Se prefiere una composición equilibrada en lugar de ciertas categorías en la estructuración de la formación. Este equilibrio se basa en composiciones complementarias en función de la edad, el género, la alfabetización y la educación previa. De este modo, se revela un prototipo de la realidad social general, y las contradicciones entre generaciones, géneros y clases hacen que la educación sea más eficaz. En el ámbito educativo, el objetivo no es evitar los conflictos entre las diferentes realidades sociales, sino revelar el poder de resolver estos conflictos sociales.

4- La organización de la estancia pretende desarrollar la vida en común. Se intenta dar a los asistentes la capacidad de socializar no sólo con las personas que les gustan, aprecian y tienen más en común, sino con todas en general. Por ello, la composición de las personas que permanecen juntas en los espacios comunes se modifica a determinados intervalos. No se permite que ningún individuo domine el entorno ni que se le deje de lado. El individuo aprende a socializarse sin perder su identidad dentro de estas relaciones. Adquiere el poder de confiar en los demás, de hablar con todos, de negociar y de escuchar. Con el “sistema de asamblea y reunión”, que permite evaluar las actividades de formación y las relaciones sociales diarias o de varios días, se evalúa el progreso de la formación, la vida, los deberes y las responsabilidades. Mediante la crítica mutua y la autocrítica en estas reuniones de evaluación, se valoran los problemas y la evolución positiva del sistema de formación, del plan de estudios, de los instructores y de los componentes que participan en la educación, y se resuelven los problemas de forma oportuna y adecuada. De manera democrática, los planes se determinan por voluntad común y se aplican colectivamente.

5- El plan de estudios se determina en función de las necesidades y se revisa después de cada formación. Además de cursos como historia del mundo, ciencia, filosofía, historia de las religiones, historia de la liberación de la mujer y sociología, también se imparten cursos sobre anatomía, salud y primeros auxilios según las necesidades. También se enseñan la lengua y el estilo para expresarse mejor y fortalecer las relaciones sociales. Dado que tanto la sociedad kurda como la de Oriente Medio y las mujeres están en constante guerra y bajo ataque, el tema de la autodefensa se incluye en el plan de estudios tanto a nivel teórico como práctico. Al final de cada lección, el instructor pregunta a la comisión cómo ha ido la lección y esta se somete a evaluación. Se hacen críticas y sugerencias y se evalúan los puntos fuertes y débiles del curso. En este aspecto, se experimenta un sistema en el que el profesor es también alumno.

6- Se conservan las grabaciones de audio de las clases, en base a estas educaciones, algunas de ellas se publican en libros y creamos materiales educativos. Aunque la lengua kurda es la principal en las lecciones, quienes no hablan kurdo se expresan en las lenguas que conocen y sus participaciones se traducen. Si en un grupo predomina otra lengua, la educación se imparte en esa lengua.

Además de estos principios, que expresan nuestro modelo de academia y educación en términos generales, pretendemos ayudar al individuo a reconocerse y expresarse y a luchar contra los obstáculos a su desarrollo a través de muchas formas y métodos. Por ejemplo, debido al estilo de las escuelas estatales basadas únicamente en la memorización sin comprensión de la información, desarrollamos métodos que superen este enfoque memorístico en nuestras lecciones y desarrollen la capacidad de análisis de la persona. Queremos que el individuo dé forma a un material escrito, visual u oral, a una historia con su propia interpretación. A veces hacemos ejercicios para expresar un tema en redacción, teatro o poesía. Les pedimos que formen grupos y hagan presentaciones y luego solicitamos a los grupos que se evalúen mutuamente. Intentamos revelar las formas en que cada individuo puede expresar su propia experiencia. Nos aseguramos de que el lenguaje que utilizamos en nuestras clases sea sencillo, comprensible y compatible con la historia y la cultura de la sociedad a la que nos dirigimos. De este modo, pueden establecer una mayor conexión entre la educación y los estudios académicos y sus propias vidas.

Las expectativas de la educación feminista son bastante altas. La gente espera conseguir nueva información, alcanzar una perspectiva diferente y encontrar soluciones a los graves problemas sociales a los que se enfrentan. Temas como la ética-estética, la vida libre en pareja, el xwebûn, la transformación del hombre son los temas que generan más discusiones e interés. En estos cursos, las cuestiones más íntimas, que a menudo se denominan vida privada, pueden discutirse y cuestionarse sin ninguna ansiedad. Las mujeres profundizan sobre todo en su introspección y reconocimiento de sí mismas. Los hombres también están muy interesados en las clases de Jineolojî, pero ven el problema de la libertad de los hombres y sus debilidades en esta lucha. A veces los hombres tienen la actitud de “dejar que las mujeres nos liberen”, mientras que otros tienen la percepción errónea de que “no soy tan machista como otros hombres”. Mientras que las mujeres discuten más abiertamente, somos testigos de que los hombres son más tímidos y no quieren hablar de sus defectos y errores en presencia de otros hombres. Aunque las charlas tienen un impacto, también es un hecho que necesitan ser sostenidas y revitalizadas.

Crear una cultura que permita a cada individuo educarse a sí mismo, a su familia y a las personas con las que vive y trabaja es otra cuestión importante en nuestra labor educativa. Consideramos la educación como un proceso continuo que se extiende a todos los ámbitos de la vida, más allá de una actividad cuya duración y forma están determinadas.

En consecuencia, las acciones formativas de Jineolojî conducen a la formación de una nueva perspectiva en todos los ámbitos a los que llega, y estas formaciones pretenden resolver los problemas básicos que afectan a la vida de las personas y a las luchas revolucionarias. Estamos renovando constantemente nuestros métodos y planes de estudio, dándoles forma según las necesidades y tratando de enseñar y aprender juntas los conocimientos que aseguren que “cada árbol se eleva desde sus propias raíces”, que es un proverbio ancestral de los kurdos.

FUENTE: Zozan Sima (integrante de la Academia de Jineolojî de Rojava) / Academia de la Modernidad Democrática / Edición: Kurdistán América Latina

Be the first to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published.


*