Lo que Occidente no conoce de Kurdistán

El pueblo kurdo es el más numeroso en el mundo sin un territorio constituido oficialmente y sin un Estado aceptado por la comunidad internacional. Durante todo el siglo XX y lo que va del XXI, los kurdos ocupan territorios de Iraq, Irán, Siria y Turquía, y son víctimas de los conflictos que en estas naciones enfrentan a sus distintos grupos políticos, étnicos y religiosos. Occidente conoce muy poco acerca de las razones por las cuales Oriente Medio vive en constante estado de violencia. Aquí, compartimos algunos de los datos que debemos saber.

Se tienen registros históricos del pueblo kurdo desde el año 3.000 antes de nuestra era. Su extenso territorio (550 000 kilómetros cuadrados), bañado por los ríos Tigris y Eúfrates, coronado por las cadenas montañosas Tauros y Zagros, se extiende a lo largo de Mesopotamia y Anatolia. En él conviven, así como en casi la totalidad de Oriente Medio, un mosaico de culturas: kurdos, turcomanos, asirios, árabes, yazidíes y diferentes creencias religiosas, principalmente islámicas, como el islam sunita, mayoritario en los kurdos, chiitas, judíos, alevíes, cristianos, etc. Sus principales lenguas son el kurmaji, zaza, gorani, zazaki, entre otras. Su tierra es rica en petróleo (las mayores reservas de Turquía, Siria e Iraq, así como una importante reserva iraní, se hallan en territorio kurdo), gas, fuentes hidráulicas y tierras fértiles. A lo largo de miles de años, pueblos y civilizaciones se han asentado en su territorio, por ejemplo, Göbekli Tepe, un famoso y viejo complejo arqueológico, fechado hacia el siglo X antes de nuestra era, da cuenta de la existencia de grupos humanos desde el neolítico en lo que hoy conocemos como Kurdistán.

Desde temprana edad, Kurdistán fue invadido y ocupado por fuerzas extranjeras. Asirios, romanos, persas, bizantinos y otomanos, se disputaron el territorio de Kurdistán. Bajo mandato de estas fuerzas, en mayor o menor medida, los kurdos pudieron organizar principados con cierta autonomía en concomitancia con los intereses y administración de los ocupantes, o en forma de alianzas temporales. Finalmente, con el nacimiento del Imperio Otomano en el siglo XIII, la cuestión kurda tal como la conocemos comienza a tomar forma. El Imperio Otomano, aliado de las Potencias Centrales (Imperio Alemán e Imperio austrohúngaro) durante la I Guerra Mundial (1914-1918), se encontraba dentro del área de influencia del Tratado de Sykes-Picot (1916). Como consecuencia de la victoria aliada, su territorio pasaría a ser repartido en función de los intereses de los vencedores, Francia y Reino Unido, dibujándose las fronteras de lo que hoy conocemos como Siria e Iraq. Luego, en 1920, el vencido Imperio firma el Tratado de Sèvres con las potencias aliadas, Reino Unido, Reino de Italia y Francia, mismo que nunca entró en vigencia y que contemplaba la posibilidad, hasta ahora única en la historia del pueblo kurdo, de un Estado kurdo. Sin embargo, este tratado fue truncado con la Guerra de Independencia Turca (1919-1923) que daría nacimiento a la República de Turquía (1923) mediante la firma del Tratado de Lausana (1923), entre la naciente República, Grecia y las potencias aliadas. Así, el Kurdistán contemporáneo quedó repartido entre Persia (hoy Irán), Siria bajo mandato francés, Turquía, y Mesopotamia (hoy Iraq) bajo mandato británico. Los kurdos no respetan la división de los poderes occidentales en su territorio histórico, por lo que ellos llaman Bakur (norte) al Kurdistán ocupado por Turquía, Rojava (occidente) al Kurdistán ocupado por Siria, Başur (sur) al Kurdistán Ocupado por Iraq y Rojhilat (este) al Kurdistán ocupado por Irán. Hoy los kurdos son el mayor pueblo del mundo sin un Estado. Viven repartidos entre 4 países, además de una población considerable en el extranjero producto de la diáspora, resultado de la guerra y el desplazamiento forzado, así como por procesos migratorios hacia Europa, América del Norte, Australia y países de la ex Unión Soviética. En total suman cerca de 45 millones.

Los aires de independencia y liberación nacional empezaron con el siglo XX para Kurdistán. Rebeliones y alzamientos se dieron en Turquía e Irán. Una de las más importantes rebeliones terminó con la fundación de la República de Mahabad o República de Kurdistán (1946-1947), pero fue aplastada por el ejército iraní meses después de su fundación. Durante la República se funda el Partido Democrático de Kurdistán (Partiya Demokrat a Kurdistanê, PDK), que será una de las principales formaciones de tinte nacionalista, cuya idea fue replicada en los 4 rincones de Kurdistán ocupado. El PDK estuvo ligado casi siempre a estructuras feudales y tribales propias de la sociedad kurda. El PDK aprobaba la lucha armada como táctica para la liberación de Kurdistán. Contemplaron primero la formación de un Estado kurdo, luego, en vista de la imposibilidad y constantes derrotas militares en Irán e Iraq, su programa migró hacia la formación de regiones autónomas kurdas. En los años 60 Turquía era escenario de la conformación de diferentes grupos y partidos de izquierda, algunos de estos abiertamente partícipes de la lucha armada. En este contexto, varios jóvenes estudiantes kurdos y turcos ubicados en Ankara (capital de Turquía) comienzan a pensar la cuestión kurda, convirtiéndose en el ala más revolucionaria de la izquierda turca. En 1978 se funda el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (Partiya Karkerên Kurdistan, PKK), organización que agota la “contienda cívica” y se lanza a la lucha armada en Turquía en 1984. Fundado como una organización típica de liberación nacional, influenciado por la Revolución Cubana y Vietnamita, el PKK buscaba la independencia de Kurdistán como Estado soberano, pero en los años 90 cambia esta posición apostando por una salida pacífica y confederal a la cuestión kurda. Alejándose del marxismo ortodoxo, la nueva propuesta del PKK se acerca a posiciones anarquistas, y mantiene como base el rico bagaje cultural, organizativo e histórico del pueblo kurdo. No obstante, con la captura de su líder, Abdullah Öcalan, en 1999, el PKK entra en la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos y luego de la Unión Europea. Desde el inicio de la lucha armada hasta la fecha, los kurdos de Bakur han enfrentado la represión del Estado turco, el desplazamiento forzado, la militarización de sus zonas y la creación de organismos paramilitares afines al gobierno turco, cuyo resultado ha sido más de 40.000 víctimas.

En la actualidad, Rojava (Kurdistán ocupado por Siria) constituye un escenario revolucionario nunca antes visto en Oriente Medio. Parte de este proceso ha sido la creación de las Fuerzas Democráticas Sirias (QSD), conformadas por unidades yazidíes, árabes, turcomanas, además de las famosas Unidades de Protección Popular (YPG) y las Unidades de Protección Femenina (YPJ), la declaración de la autonomía democrática en los cantones Kobane, Afrin y Jazira, donde los kurdos han logrado dos objetivos importantes:

a) desplazar al Daesh o Estado Islámico (Daesh es un acrónimo árabe que significa “el que trae la discordia”) de sus áreas de influencia en el norte de Siria, obteniendo importantes victorias militares, siendo hoy por hoy uno de los actores militarmente más activos y efectivos en la lucha contra este;

b) implementar parcialmente su proyecto de Nación Democrática en el norte de Siria, basado en la autonomía democrática, ejercicio de poder directo de la población movilizada territorialmente en forma de consejos y el confederalismo democrático, paradigma práctico de organización política, ecologista, feminista (aunque los kurdos no hablan de feminismo sino liberación de la mujer, basada en la ciencia de la mujer o Jineölogy), democrático de base y que propugna la autodefensa (unidades militares supeditadas a la voz de la población).

Como dato curioso, la leyenda navideña de los 3 reyes magos está localizada en Kurdistán en la época donde los medos fueron dominantes en la región (los medos son considerados uno de los grupos étnicos y religiosos históricamente ligados a los kurdos), así mismo, el mito fundacional de los kurdos, el mito de Kawa, un herrero que derrota a un sangriento rey, Zohak, quien se alimentaba con sesos de jóvenes para poder vivir, puede empatarse históricamente con la victoria de los medos y babilonios sobre el Imperio Asirio en la batalla de Nínive en el 612 antes de nuestra era. El gran Saladino (Selahedînê Eyûbî en kurdo), quien expulsó a los cruzados de Jerusalén (1187) y se convirtió en sultán de Siria y Egipto, era de origen kurdo. Las mujeres que asombran al mundo combatiendo al Daesh son las milicianas de las YPJ y del PKK (lo cierto, es que las mujeres kurdas llevan combatiendo junto a los hombres desde tiempos inmemorables).

Finalmente, fuera de cualquier juicio ideológico o simpatía, los kurdos son el actor más democrático y secular actual en Oriente Medio y una de las alternativas más justas para que la paz se haga efectiva en la región.

FUENTE: Carlos Pazmiño/http://www.labarraespaciadora.com/